Retraso de proyectos hoteleros y construcción de torres ante la inseguridad en Mazatlán
Inversionistas señalan que sus desarrollos de hotelería y edificios de departamentos se encuentran completamente paralizados. La falta de compradores y el temor generado por incidentes violentos han detenido el avance de obras planificadas para consolidar la oferta turística.
Los créditos multimillonarios destinados a estas construcciones continúan generando intereses mientras las grúas permanecen inmóviles. Esta situación pone en jaque la viabilidad financiera de empresas locales y nacionales, que no hallan condiciones mínimas de certeza para reanudar labores.
Demandas de blindaje permanente y seguridad ciudadana
Los promotores de inversiones exigen al gobierno estatal y municipal un dispositivo de seguridad similar al aplicado durante eventos masivos como el carnaval. Insisten en que dicho blindaje debe mantenerse de forma continua en carreteras y centros urbanos.
El reforzamiento policial y la instalación de puntos de control han demostrado efectividad temporal, pero los inversionistas advierten que sin un plan de seguridad sostenido en el tiempo no regresará la confianza. Reclaman mayor coordinación entre fuerzas federales y estatales.
Impacto económico y desempleo por la violencia en Mazatlán
Tras el estallido de enfrentamientos entre facciones criminales en septiembre de 2024, la zona turística pasó de importar mano de obra a enfrentar un aumento significativo de desempleo. Decenas de obreros que hasta entonces trabajaban en construcción hoy permanecen sin tareas.
La desaceleración económica se refleja en pequeños negocios y servicios asociados al sector turístico. Habitantes locales advierten que la falta de proyectos nuevos agrava la crisis de empleo y retrae la actividad comercial en la costa sinaloense.
Estado de las obras en el malecón y sector costero
Un recorrido por la franja marítima del malecón revela numerosas estructuras inacabadas. Grandes grúas y andamios se encuentran estáticos, sin señales de reactivación de los equipos de trabajo.
Sólo una torre del Grupo Madero muestra movimiento esporádico de personal, pero avanza a ritmo lento. El resto de proyectos permanece en pausa, lo que refuerza la percepción de que Mazatlán ha «quedado en la lona» y enterrada bajo la sombra de la violencia.
Observación directa en la zona costera
La ausencia de obreros es evidente al pasar por cada obra, donde antes se veían cuadrillas de albañiles. Los andamios oxidados y los cascos abandonados ilustran el estancamiento de la infraestructura.
Turistas que transitan el malecón comentan la sensación de inseguridad al notar sitios turísticos inacabados y señales de alerta colocadas por autoridades locales en puntos estratégicos.
Proyectos con avance lento y repercusiones financieras
Las inversiones frenadas desde hace meses representan un lastre económico para los promotores. Los plazos contractuales se extienden sin fecha de conclusión mientras los financiamientos generan cargas adicionales.
Este escenario de incertidumbre mantiene en vilo a bancos y fondos de inversión, que evalúan riesgos antes de otorgar nuevos créditos a desarrollos turísticos en la región.