Todo comenzó porque uno de esos fieles seguidores de unocero nos avisó por Twitter. Un tuit advierte sobre un grave acontecimiento; uno de esos que te hacen perder la fe en la raza humana y en que vendrán tiempos mejores; que te hace cuestionar que existan razones para seguir luchando y te dan ganas de renunciar. Un suceso bajísimo, lumpen lumpen, de una calidad infrahumana.
Ese tuit que advierte que algo verdaderamente innombrable sucedió es en realidad un interesante experimento que se ha vuelto viral en Twitter, tanto, que hasta infuencers de alto calibre como Luisito Comunica o Papi Juca han caído en sus redes y le han dado continuidad.
Antes de contarles cuál es la verdadera historia detrás de esta cadena de tuits, vamos a dejar que ustedes la descubran para no quitarle el encanto.
Chale 🙁 https://t.co/Nj4UxcHJo7
— Papi JUCA (@jucaviapri) December 21, 2018
Ahora sí, como seguro ya se dieron cuenta, todo comenzó el pasado 13 de diciembre y ni siquiera fue en México o Latinoamérica, sino en Estados Unidos, cuando un usuario relativamente anónimo en Twitter de nombre @8vj fue quien escribió:
“Cita el tuit correspondiente a este tuit y haz a la gente creer que algo terrible ha pasado, pero que todo los lleve de vuelta a este tuit”.
Quote the corresponding tweet to this tweet and make people think something terrible happened but it will just lead them back to this tweet.
— ㅤ (@8vj) December 13, 2018
La reacción ha sido poderosísima y en cadena. Suma ya varias rutas surgidas desde el tuit original y millones de interacciones, además de que ha seducido a autenticas celebridades de la red social para participar, algo que difícilmente sucede cuando no se trata de trenes virales.
Así que si te encuentras con algo similar, ya sabes de dónde viene. Además, deja más que claro que aunque algunos insistan en declarar desahuciada a Twitter, en esta red social (la favorita de un servidor) siguen sucediendo cosas más que interesantes. #Convenceme
La entrada #Viraland Un “grave” loop de tuits embaucó a los influencers de Twitter se publicó primero en unocero.
