Impacto de la temperatura del sustrato en la proporción sexual
El incremento en la temperatura de la arena de anidación altera la determinación del sexo de las crías, generando un desequilibrio en la proporción entre machos y hembras. A 28 °C se registra un predominio de nacimientos masculinos, mientras que al alcanzar los 30 °C la tasa se equipara y niveles superiores favorecen el sexo femenino.
Este fenómeno se debe a la sensibilidad de las gónadas embrionarias a variaciones térmicas durante la fase de incubación. Las oscilaciones de apenas dos grados influyen directamente en la proporción sexo-genérica, afectando la viabilidad futura de las poblaciones.
Rangos térmicos y determinación de sexo
En el rango de 28 °C a 30 °C se produce una transición crítica, donde la mezcla de machos y hembras tiende al equilibrio. Por encima de 30 °C, las hembras comienzan a dominar las nidadas, lo que podría modificar la estructura demográfica a mediano plazo.
Los estudios de campo muestran que cada especie local responde de manera similar, aunque con ligeras variaciones en su umbral térmico. Esta sensibilidad al calor enfatiza la urgencia de monitorear la temperatura de arena en sitios de anidación.
Efectos letales de calor extremo en embriones
Las temperaturas de incubación superiores a 35 °C exceden el límite de tolerancia del desarrollo embrionario, provocando mortalidad masiva antes de la eclosión. Este rango de calor extremo se presenta con más frecuencia en playas expuestas al sol sin protección.
La destrucción de corrales por el incremento de las mareas y la falta de sombra natural agravan la exposición al calor letal. Como resultado, aumenta el número de nidos fallidos y se reduce la eficiencia reproductiva de las cinco especies de tortugas marinas.
Medidas de conservación y manejo de nidos
Para contrarrestar los efectos del calentamiento de la arena y la erosión costera, se implementa el traslado de nidadas a zonas protegidas. Este protocolo busca minimizar la exposición directa al sol y las inundaciones asociadas al aumento del nivel del mar.
El uso de mallas de sombreo con opacidad del 90 a 100 % crea un microclima más estable dentro de los corrales. Esta barrera reduce la temperatura del sustrato e incrementa la tasa de eclosión al mantener condiciones óptimas de incubación.
Las acciones se aplican a cinco especies locales: tortuga verde, carey, laúd, golfina y caguama. Cada traslado se documenta para evaluar la supervivencia y ajustar el grado de sombra según las necesidades específicas de cada especie.
Traslado y sombreado de nidadas
El proceso de reubicación implica excavar nidos originales y volver a sembrar los huevos en un sitio con malla de sombreo. Esta técnica garantiza un control más riguroso de la temperatura y la humedad del sustrato.
Tras la colocación, se monitorean las condiciones térmicas y se ajusta la ventilación de la malla. De esta forma, se busca mantener el equilibrio entre la protección contra el calor extremo y el intercambio de aire necesario para el desarrollo embrionario.
