Impacto en los precios del petróleo tras ataque a programa nuclear

Los contratos de crudo registraron un alza inmediata luego del ataque de Israel contra Irán con miras a desmantelar su iniciativa nuclear. El Brent subió un 7 % hasta ubicarse en 74,30 USD por barril, impulsado por expectativas de oferta más limitada y aumento en la prima de riesgo.

Simultáneamente, el WTI avanzó un 7,36 % alcanzando los 73,08 USD por barril. Esta variación refuerza la presión alcista en los mercados de energía ante la incertidumbre geopolítica en la región del Golfo Pérsico.

Subida del Brent

El crudo de referencia europea Brent escaló significativamente tras el incidente militar, marcando uno de sus mayores repuntes porcentuales en las últimas semanas. Este movimiento refleja el temor a posibles interrupciones en las rutas de exportación.

La variación también influyó en las cotizaciones de derivados energéticos y en las expectativas de inflación, ya que los costos de producción de combustibles podrían incrementarse si persiste la tensión.

Aumento del WTI

El West Texas Intermediate mostró un avance del 7,36 %, respondiendo a la misma coyuntura geopolítica. El mercado estadounidense elevó sus primas de riesgo ante posibles repercusiones en la logística de transporte.

Este comportamiento del WTI añade presión a las refinerías, que podrían ajustar márgenes de ganancia si los precios del crudo se mantienen en niveles elevados.

Reacción de los metales preciosos y mercado del oro

Los futuros del oro se acercaron a los 3 500 USD por onza troy como refugio seguro ante la escalada de hostilidades. Este movimiento reafirma la demanda de activos defensivos en escenarios de alta incertidumbre.

La cotización del oro repuntó de forma estable, mientras otros metales como la plata y el platino mostraron ligeros retrocesos, reflejando una clara preferencia por instrumentos con baja correlación a la renta variable.

Caída de los índices bursátiles globales ante tensión geopolítica

Los principales indicadores estadounidenses cerraron con pérdidas: Dow Jones cayó un 1,64 %, el S&P 500 bajó un 1,15 % y el Nasdaq cedió un 1,44 %. Estas caídas responden a ventas generalizadas de activos de riesgo.

En Latinoamérica, la Bolsa Mexicana registró una contracción del 0,94 %, presionada por la aversión al riesgo y el repunte en los costos de financiamiento.

Mercados estadounidenses

El Dow Jones cayó por debajo de los 34 000 puntos, acumulando varias sesiones bajistas. Los inversores ajustaron carteras, reduciendo exposición a sectores cíclicos y tecnológicos.

El S&P 500 y el Nasdaq registraron retrocesos impulsados por la liquidación en empresas de alta capitalización, donde destaca la toma de utilidades tras semanas de tendencia alcista.

Bolsa latinoamericana

La Bolsa Mexicana de Valores cerró en terreno negativo, con caída cercana al 1 %, influenciada por la fortaleza del dólar y el nerviosismo ante posibles sanciones económicas.

El apetito por renta variable regional se moderó, mientras sectores como el financiero y el energético mostraron la mayor corrección intradía.

Fluctuaciones en divisas y renta fija tras crisis en Oriente Medio

El dólar (índice DXY) subió un 0,33 %, ubicándose en 98,225 puntos. Este avance responde al traslado de capitales hacia la divisa de reserva ante el deterioro del panorama internacional.

El peso mexicano osciló entre 18,9983 y 19,03 MXN/USD, reflejando volatilidad cambiaria y ajustes en las expectativas de política monetaria local.

Movimiento del dólar

La apreciación del dólar fortalece su papel como activo de refugio, registrando máximos intradía que no se veían desde hace varias semanas. Esto presiona a economías emergentes con altos requerimientos de financiamiento externo.

El índice de divisas respondió al repunte en los bonos estadounidenses, mientras los operadores reevalúan pronósticos de crecimiento global.

Rendimiento de bonos a 10 años

El rendimiento del bono del Tesoro de EE. UU. a 10 años alcanzó el 4,411 %. Este nivel refleja un alza de las tasas de interés implícitas, producto de la búsqueda de seguridad.

Los inversores ajustaron sus expectativas ante el incremento en los flujos hacia renta fija, lo que amplió el diferencial de rendimiento frente a otros activos de menor riesgo.