Ataque masivo y ofensiva aérea contra instalaciones nucleares iraníes
El 13 de junio de 2025, las fuerzas aéreas israelíes ejecutaron un ataque masivo sobre territorio iraní con la participación de 200 aviones de combate. La operación se planificó como una ofensiva aérea de gran escala, orientada a diversos objetivos vinculados a la capacidad nuclear y de seguridad de Irán.
Durante el bombardeo intensivo, se lanzaron 330 municiones contra más de 100 puntos seleccionados. La mayoría de los impactos se concentraron en instalaciones nucleares, centros de investigación y depósitos de armamento, según los datos oficiales de la misión militar.
Esta ofensiva aérea mostró un despliegue simultáneo de unidades de ataque rápido y bombarderos estratégicos, con el propósito de neutralizar infraestructuras clave en un solo día de operaciones. Los vuelos se realizaron en oleadas coordinadas para minimizar la capacidad de reacción inmediata de la defensa antiaérea iraní.
Bajas de altos mandos y efecto militar en Irán
Entre los fallecidos por el ataque figuran tres generales de alto rango del régimen iraní: Mohammad Bagheri, Hossein Salami y Gholam Ali Rashid. Cada uno de ellos ocupaba un puesto estratégico dentro de la estructura de mando militar del país.
El general Mohammad Bagheri era el comandante del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, mientras que Hossein Salami dirigía la Guardia Revolucionaria en calidad de comandante en jefe. Por su parte, Gholam Ali Rashid tenía a su cargo la base aérea Khatam ol-Anbiya, considerada un punto clave para operaciones aéreas y logísticas.
La eliminación de estos tres mandos militares supone un golpe directo a la jerarquía de seguridad iraní, al afectar simultáneamente a la conducción estratégica, la fuerza de élite y el control de centros aéreos fundamentales.
Respuesta con drones y defensa antiaérea israelí
En reacción al ataque, Irán envió una oleada de 100 drones hacia el espacio aéreo israelí. La táctica consistió en sobrecargar la defensa con múltiples objetivos no tripulados, con el fin de detectar posibles brechas en el sistema antiaéreo.
Todas las unidades no tripuladas fueron interceptadas antes de cruzar completamente la frontera. Los sensores y radares israelíes identificaron los drones a más de 50 kilómetros de la línea de demarcación, lo que permitió activar los protocolos de neutralización.
La operación de intercepción se desarrolló en un período de menos de una hora, sin que ningún dispositivo aéreo no tripulado lograra penetrar el espacio protegido. La defensa antiaérea respondió con misiles de corto alcance y contramedidas electrónicas.
Funcionamiento del sistema Cúpula de Hierro
El sistema Cúpula de Hierro es un dispositivo de defensa antiaérea de corto alcance diseñado para identificar, rastrear y destruir misiles y drones en vuelo. Emplea radares de barrido tridimensional que calculan la trayectoria de cada proyectil entrante.
Una vez detectado el objetivo, el sistema lanza misiles interceptores equipados con cabezas explosivas direccionales. Estos interceptores detonan próximo al blanco, generando fragmentación controlada para neutralizar drones y cohetes sin causar daños colaterales significativos.
