Posible escalada de ofensivas militares contra instalaciones nucleares de Irán
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró en la Casa Blanca que no descarta llevar a cabo nuevos ataques militares contra las instalaciones nucleares de Irán si recibe informes de inteligencia confiables. La advertencia se fundamenta en la posibilidad de un reinicio del enriquecimiento de uranio a niveles considerados críticos.
Al ser cuestionado sobre la disposición a bombardear esos sitios en caso de un avance hacia un arma nuclear, Trump respondió de manera tajante: “Totalmente”. Esta postura pone de relieve la estrategia de presión militar y su vínculo con el monitoreo de actividades atómicas en Teherán.
Resultados de los bombardeos en Fordó, Isfahán y Natanz
Destrucción completa de centros estratégicos
El mandatario calificó como un “éxito rotundo” las recientes ofensivas sobre los centros de enriquecimiento de Fordó, Isfahán y Natanz. Según su versión, los bombardeos destruyeron por completo las instalaciones y neutralizaron equipos clave.
Trump sostuvo que, tras esos ataques, Irán perdió acceso a su uranio enriquecido al 60 %, sin ninguna capacidad de recuperación. Esta evaluación contrasta con estimaciones previas que planteaban un impacto menor.
Relación con la tregua entre Irán e Israel
El gobierno estadounidense vinculó los bombardeos con el logro de una tregua entre Irán e Israel después de casi dos semanas de enfrentamientos. La Casa Blanca atribuyó a las acciones militares el cese temporal de las hostilidades.
Sin embargo, el alcance real de ese efecto en el terreno ha sido sujeto de debate entre analistas y oficiales de inteligencia, quienes advierten sobre posibles réplicas futuras.
Valoraciones sobre el impacto y retraso del enriquecimiento de uranio
Un informe preliminar de inteligencia estimó que el daño a las instalaciones solo retrasaría seis meses el programa nuclear iraní. Trump desestimó este cálculo, sosteniendo que la interrupción sería más prolongada.
La discrepancia subraya la tensión entre la visión oficial de la Casa Blanca y los reportes técnicos de agencias de inteligencia, que evalúan con cautela los niveles de producción y recuperación del uranio.
Advertencia directa al liderazgo supremo iraní
En su intervención, Trump dirigió un mensaje al líder supremo de Irán, Ali Jameneí, pidiéndole que “diga la verdad” sobre los daños ocasionados. Esta frase busca desafiar la versión oficial proporcionada por Teherán.
Jameneí había asegurado que los ataques no fueron significativos, una afirmación que contrasta con la narrativa expuesta en la conferencia de prensa. La tensión verbal se mantiene en un nivel elevado.
