Recuperación del niño herido tras ataque armado en Navolato
Samuel “N”, un menor de cinco años, fue dado de alta luego de recibir atención por heridas de bala durante un ataque a su familia en una cancha de voleibol en Navolato. El incidente cobró la vida de su padre, un agente estatal, y de su tío, mientras que el pequeño resultó lesionado.
Las autoridades estatales de salud en Sinaloa registraron que las lesiones de bala tuvieron manejo oportuno y controlado. Tras varios días de observación y cuidados médicos, el niño abandonó el área hospitalaria y se reincorporó al entorno familiar bajo seguimiento ambulatorio.
Alta hospitalaria y manejo clínico del menor en Sinaloa
El secretario de Salud en Sinaloa, Cuitláhuac González Galindo, expuso que el paciente presentó una evolución satisfactoria gracias al protocolo de manejo clínico aplicado de inmediato. La respuesta a los tratamientos iniciales facilitó la estabilización temprana.
Durante su estancia, el equipo de especialistas realizó estudios de imagen y controles constantes para descartar complicaciones mayores. El reporte médico señala que el niño no mostró signos de infección ni deterioro en los días posteriores a la intervención.
Confirmación de la Secretaría de Salud
En rueda de prensa oficial, el titular de la dependencia detalló las fases del tratamiento, sin omitir la necesidad de cirugías reconstructivas posteriores. Subrayó el seguimiento integral en casa y las citas programadas con traumatólogos pediátricos.
El informe incluyó datos sobre la vigilancia de cicatrices y el plan de rehabilitación motora que continuará en consultas externas, con el fin de minimizar secuelas y recuperar la funcionalidad de los tejidos afectados.
Atención quirúrgica y reconstrucción de tejidos afectados
El menor fue sometido a una intervención quirúrgica para limpieza y desbridamiento de las heridas provocadas por el impacto de proyectil. La operación consideró técnicas de conservación de tejido sano y drenaje para evitar acumulación de fluidos.
Posteriormente, se proyectó una reconstrucción tisular mediante cirugía plástica pediátrica, con el objetivo de restablecer la integridad de la zona lesionada. Este procedimiento busca reducir posibles deformidades y mejorar el proceso cicatricial.
