Ruta del tráfico ilícito de combustibles y huachicol fiscal
Los cárteles implicados en el contrabando de combustibles extraen crudo robado de los ductos nacionales y lo transportan hacia Texas empleando tanto tuberías clandestinas como camiones cisterna. Esta maniobra permite sustraer petróleo sin dejar rastros inmediatos en la infraestructura oficial.
Una vez fuera del país, el crudo robado se introduce al mercado estadounidense, donde intermediarios lo registran como producto legítimo ante refinerías de la frontera. Estas refinerías procesan el hidrocarburo bajo parámetros legales, pese a su origen ilícito.
Al concluir el ciclo de refinación, el producto regresado a México lleva etiquetas alteradas o documentos falsificados. De esta manera, gasolineras mexicanas distribuyen combustible que parece cumplir con todas las normativas fiscales y aduaneras.
Legalización de crudo robado en empresas fachada
Para ocultar el origen del hidrocarburo, los grupos criminales recurren a compañías fantasma que actúan como intermediarias. Estas empresas fachada registran inventarios y emiten facturas apócrifas para justificar la procedencia del combustible.
La operación de estas entidades se apoya en redes de corrupción y documentación alterada, lo que les permite evadir controles fiscales y aduaneros. De este modo, el hidrocarburo ingresa al circuito formal sin levantar sospechas inmediatas.
Operaciones y documentos falsificados
En los registros oficiales, las facturas de venta parten de supuestas importaciones y transacciones internas autorizadas. Los sellos aduanales se falsifican o se obtienen mediante sobornos.
Este sistema de registro irregular dificulta la trazabilidad del producto y permite que el combustible ilícito compita con el mercado legal, reduciendo el margen para detección y decomiso por parte de las autoridades.
Evasión fiscal, sanciones y control de trazabilidad petrolera
Cada litro de combustible ilegal implica evasión de impuestos y contribuye a la financiación de estructuras de violencia. Los recursos que deberían destinarse a obras públicas o seguridad son desviados hacia actividades delictivas.
Las autoridades han impuesto sanciones a las empresas involucradas y reforzado mecanismos de inspección en puntos críticos. Sin embargo, la magnitud del huachicol fiscal sigue presentando desafíos para el sistema fiscal y aduanero.
Mecanismos de fiscalización en puertos y aduanas
Se han implementado operativos con escáneres de alta tecnología y auditorías en puertos para supervisar el flujo de hidrocarburos. Estas acciones buscan detectar discrepancias entre volúmenes declarados y mercancía real.
Adicionalmente, se desarrollan sistemas de trazabilidad que registran el desplazamiento del combustible desde su origen hasta su distribución final. El uso de tecnologías digitales pretende reducir la intervención de redes criminales en el mercado petrolero.
