Confirmación de hambruna en Gaza: crisis alimentaria e inseguridad alimentaria
La ONU confirmó que la Ciudad de Gaza se encuentra en una situación de hambruna que, de no producirse un alto el fuego, podría extenderse a gran parte del territorio en semanas. La Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (IPC) consideró «verosímil» que la gobernación de Gaza haya alcanzado la fase de hambruna (fase 5), mientras que Jan Yunis y Deir al-Balah aparecen en fase de emergencia (fase 4).
El informe subraya que esta evaluación se basa en datos sobre disponibilidad de alimentos, accesos a suministros y mortalidad por inanición. Las organizaciones encargadas de la medición han señalado un empeoramiento acelerado en las últimas semanas, vinculado a restricciones en la entrada de ayuda y en el movimiento de bienes básicos.
Los términos utilizados por la clasificación incluyen «fase 5» y «catastrófico» para describir el nivel extremo de inseguridad alimentaria, lo que implica privaciones severas, desplazamientos y riesgo de muertes adicionales si no se restablece el acceso a asistencia.
Datos y cifras sobre la hambruna en Gaza: personas afectadas, muertes y niveles de crisis
El informe indica que 500,000 personas se encuentran en una situación catalogada como «catastrófica» dentro de la franja de Gaza. En total, 1.6 millones de habitantes sufren inseguridad alimentaria, de los cuales más de medio millón padecen privación extrema de alimentos y suministros básicos.
En las últimas semanas se registraron más de doscientas muertes atribuidas directamente a la inanición, según las cifras recogidas por las agencias que monitorean la crisis. Estos números reflejan tanto la falta de acceso a alimentos como la degradación de servicios médicos y nutricionales esenciales.
La escala de la emergencia alimentaria incluye indicadores directos de malnutrición aguda en niños y adultos, así como señales de colapso en las cadenas logísticas que permiten distribuir ayuda humanitaria dentro del territorio afectado.
Causas y bloqueo de ayuda humanitaria: restricciones, suministro limitado y responsabilidad
La ONU atribuye la crisis a un bloqueo casi total de la entrada de ayuda alimentaria y suministros básicos desde que terminó un alto el fuego en marzo. La limitación del acceso por puntos de entrada y controles sobre convoyes ha reducido drásticamente las cantidades de alimentos y medicamentos que llegan a la población civil.
Los informes técnicos señalan que la combinación de cortes en el flujo logístico, inseguridad en rutas internas y obstáculos administrativos ha impedido operaciones humanitarias a escala necesaria para mitigar la hambruna. Esa reducción sostenida de asistencia es el factor principal señalado por las agencias que monitorean la seguridad alimentaria.
Acusaciones, negaciones y calificaciones legales
Funcionarios de la ONU advirtieron sobre la gravedad de la situación y pidieron acción inmediata; uno de ellos calificó el uso del hambre con fines militares como un posible crimen de guerra. Esas declaraciones forman parte del reclamo de las agencias humanitarias sobre la necesidad de restablecer el acceso pleno a la ayuda.
El gobierno israelí negó que su accionar haya provocado la hambruna, calificando la acusación como «mentira descarada», y atribuyó la reducción del impacto de la ayuda a robos sistemáticos por parte de Hamás, una afirmación para la cual el informe señala que no se presentó prueba concluyente en los documentos consultados.
Respuesta humanitaria y advertencias sobre daños en población infantil: ONG, Cruz Roja y reacciones políticas
Organizaciones humanitarias como la Cruz Roja y Save the Children exigieron el suministro inmediato de alimentos y servicios esenciales, alertando sobre daños irreversibles en la salud y el desarrollo de niños afectados por la privación prolongada. Estas organizaciones describieron un cuadro de emergencia donde la atención pediátrica y la nutrición terapéutica son insuficientes.
Además de las advertencias técnicas, la crisis provocó reacciones políticas externas, incluidas la dimisión de varios ministros en los Países Bajos. Las renuncias fueron vinculadas a desacuerdos políticos sobre la gestión y la postura frente a la situación humanitaria en Gaza.
Las agencias humanitarias mantienen solicitudes formales para aumentar el flujo de asistencia y restablecer corredores seguros de entrega, señalando que sin cambios inmediatos la situación de hambre podría ampliarse y agravar los indicadores de mortalidad y morbilidad en la población civil.




















































































