Evasión carcelaria de Zhi Dong Zhang y fuga de custodia
Zhi Dong Zhang, conocido como “El Chino”, logró una evasión carcelaria desde un inmueble habilitado como domicilio bajo custodia en Ciudad de México. La fuga de custodia se produjo mientras esperaba un proceso de extradición a Estados Unidos por delitos relacionados con el narcotráfico.
El escape activó de inmediato protocolos de seguridad nacionales e internacionales, dadas las implicaciones de su presunta relevancia en estructuras delictivas de alto nivel. Entre sus alias figuran Li Gong Sun Chang, Ku Li Hernández y Brother Wang, utilizados para complicar su rastreo.
Operaciones de narcotráfico y redes del Cártel Jalisco Nueva Generación
Las autoridades mexicanas imputan a Zhang vínculos directos con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en operaciones de narcotráfico a gran escala. Se le atribuye la gestión de envíos de múltiples toneladas de sustancias ilícitas desde la entidad hasta mercados internacionales.
Según los reportes oficiales, sus actividades incluían la coordinación de cargas de cocaína, fentanilo y metanfetaminas, así como el establecimiento de rutas clandestinas. Estas rutas permitían el transporte y la distribución de drogas con destino a Estados Unidos y Europa, contribuyendo al fortalecimiento de las redes criminales.
Volúmenes de sustancias ilegales y ganancias millonarias
Los expedientes señalan que Zhang exportó y distribuyó más de 1 000 kg de cocaína, 1 800 kg de fentanilo y 600 kg de metanfetaminas. Estas cantidades evidencian la magnitud de su operación y su capacidad logística para sortear controles fronterizos.
Se estima que las ganancias ilícitas asociadas a estas actividades superaban los 150 millones de dólares anuales, fondos que habrían sido reinvertidos en la adquisición de recursos para aumentar la influencia del CJNG en diversas regiones del país.
Conexiones con el Cártel de Sinaloa y rutas transfronterizas
Además de sus presuntos lazos con el CJNG, Zhang estaría vinculado con células del Cártel de Sinaloa. Esta doble afiliación habría facilitado el intercambio de mercancías y la diversificación de las vías de tráfico en el Pacífico y el Golfo de México.
Las rutas transfronterizas utilizadas incluían puntos de cruce en Baja California y Sonora, así como pasos menos monitoreados en Chiapas. La coordinación entre ambos cárteles permitía sortear las vigilancias y maximizar el flujo de drogas hacia Estados Unidos.
Cooperación internacional y protocolos tras la fuga
A raíz de la fuga, las autoridades mexicanas reforzaron los operativos conjuntos con agencias de Estados Unidos y Europa. Se activaron alertas migratorias para impedir cualquier intento de salida del país por rutas oficiales.
Se ordenó la revisión de sistemas de vigilancia y se estableció un cerco alrededor de centros penitenciarios y residenciales vinculados a detenciones de alto perfil. La coordinación internacional busca recapturar al fugitivo antes de que pueda reinsertarse en redes delictivas.