Sequía en Sinaloa y déficit hídrico prolongado
La sequía en Sinaloa se intensifica tras una temporada de lluvias insuficiente, dejando los embalses con un nivel promedio por debajo del 7 % de su capacidad total. Este déficit hídrico mantiene la región en alerta constante ante la falta de recarga natural.
La carencia de precipitaciones ha provocado una disminución progresiva del volumen almacenado en las presas, impactando directamente en el abasto urbano y agrícola. Las condiciones actuales reflejan una crisis de reservas sin precedentes en varias cuencas del estado.
Impacto en el abasto de agua
La baja disponibilidad de agua en embalses compromete la distribución a zonas metropolitanas y municipios rurales, donde la demanda continúa alta. Sistemas de bombeo y acueductos operan con restricciones para intentar prolongar la reserva.
En áreas dedicadas a la agricultura, el riego de cultivos se ha reducido a volúmenes mínimos, lo que amenaza la producción de hortalizas y granos. Comunidades dependen todavía de turnos de agua que se han vuelto más esporádicos.
Embalses de Sinaloa y niveles de almacenamiento críticos
De los 11 embalses que operan en Sinaloa, cinco presentan los porcentajes de llenado más bajos: Luis Donaldo Colosio (3.5 %), Adolfo López Mateos (4.1 %), Sanalona (5.3 %), José López Portillo (6.0 %) y Miguel Hidalgo y Costilla (6.7 %).
Los demás embalses reportan valores ligeramente superiores al 7 %, pero aún muy por debajo de los niveles requeridos para el abastecimiento regular. La capacidad de retención se ve seriamente comprometida en toda la entidad.
Presas con menor capacidad en mayo de 2025
La presa Luis Donaldo Colosio, con apenas 3.5 % de almacenamiento, se mantiene como la más afectada, seguida por Adolfo López Mateos en 4.1 % y Sanalona en 5.3 %. Este panorama marca un punto crítico en la gestión hídrica.
Las presas José López Portillo y Miguel Hidalgo y Costilla presentan 6.0 % y 6.7 %, respectivamente, cifras que contradicen los niveles mínimos de operación pactados para garantizar un suministro estable.
Crisis de agua y gestión hídrica en riesgo
El bajo nivel de los embalses pone en entredicho la operación de sistemas de riego y la capacidad de los acueductos para entregar agua potable. Se prevé un desgaste acelerado de la infraestructura hidráulica ante la falta de recarga.
La limitada disponibilidad ha llevado a contemplar ajustes en la asignación de volúmenes y recortes de flujo como medidas temporales. Estas acciones se diseñan para intentar mitigar la emergencia sin afectar por completo las actividades esenciales.
Futuro del suministro y reservas
Con pronósticos meteorológicos que no auguran precipitaciones significativas, la recarga natural de cuencas permanece estancada. El nivel de las reservas podría mantenerse bajo por varios meses.
La adopción de reducciones programadas en el abasto y la diversificación de fuentes alternas se plantean como estrategias para enfrentar la prolongada escasez y preservar los volúmenes críticos de agua.
