La realidad virtual era un sueño que muchos veían como algo lejano, sin embargo, es un hecho que ya está aquí y se está apoderando del mercado.
La manera más común en la que se ve este tipo de tecnología, es con las gafas de realidad virtual que hacen que sus usuarios se transporten hacia otro mundo o lugar, a donde les sería muy difícil llegar en la vida real.
De acuerdo a esto es que queda claro que el uso de las gafas de realidad virtual va más allá del mundo gamer, pues también pueden utilizarse en las aulas de varias escuelas para poder enseñarle a los alumnos el contexto de varias situaciones históricas.
Pero no todo es tan bueno como parece, y por ello se le hará un juicio a las gafas de realidad virtual para conocer los dos lados de la moneda.
Lo bueno de la gafas de realidad virtual
Permiten el aprendizaje
La principal ventaja que tienen las gafas de realidad virtual es que ayudan a los maestros y alumnos a aprender sobre varios temas de manera natural, es decir, les da a conocer el contexto en donde se desarrollaron varias situaciones.
Esto significa que los estudiantes de los campos de medicina y aviación, por mencionar algunos, pueden tener un acercamiento y entrenamiento más real.
Visualización de grandes construcciones
Como se mencionó, con las gafas de realidad virtual se puede tener un aprendizaje práctico, real y preciso, lo cual además de funcionar en las escuelas, puede hacerse en los trabajos de los arquitectos, por ejemplo.
La idea es que puedan conocer la manera en que quedaría un edificio, carretera o hasta casa, de manera concisa, ya que se estaría viendo la distribución de la construcción y si hay errores, lo cual ayudaría a que no se gaste tiempo, material y esfuerzo si no es una apuesta segura.
Simulaciones
Otro de los puntos positivos que tiene el uso de los lentes con RV, es que permiten realizar simulaciones para entrenar gente en cualquier tipo de situación, ya sea un curso propedéutico cuando se está entrando a un nuevo trabajo o de emergencia, como un temblor o incendio.
Actividades sin riesgo
El hecho de que se tenga una realidad virtual enfrente, literalmente, permite que las personas puedan experimentar todo tipo de actividades riesgosas sin miedo a que suceda un accidente; por supuesto que no se trata de la misma sensación, pero puede servir de práctica en dado caso que se quiera llevar a cabo.
Estímulo humano
El que se esté viviendo una situación a través de los lentes, hace que todos los sentidos se estimulen y agudicen, pues se está trabajando con ellos para reaccionar de manera correcta y así saber cómo salir bien librado de lo que se está pasando.
Lo no tan bueno de las gafas de realidad virtual
Pueden generar adicción
Si bien se trata de un dispositivo que tiene como principal misión el ayudar a las personas, también puede provocar que estas se vuelvan adictas, porque los escenarios que se presentan hacen que se quiera estar en ellos más tiempo que en el mundo real donde todo puede ser más complicado.
Genera aislamiento
Un punto ligado al anterior es este, ya que se considera como su consecuencia, pues mientras más tiempo se está sumergido en el mundo virtual que se ve a través de las gafas, más se va perdiendo ese contacto y comunicación con las personas que los rodean.
Se requiere de equipos de gama alta
El gran funcionamiento de este tipo de lentes se debe a que trabajan en conjunto con un equipo, software y procesador sumamente sofisticados, así que si no se cuenta con ellos, no se puede disfrutar de la vivencia completa y por ende, se puede tener una muy mala experiencia.
Son modelos caros
Este punto de igual manera se relaciona con el dicho previamente, porque para poder disfrutar de todo lo que se ofrece en la realidad virtual, se deben tener unas gafas en específico que contengan todo lo mencionado, lo cual significa que se tendrán que desembolsar miles de pesos.
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