Análisis comparativo de la violencia criminal: CJNG y Los Zetas
El cártel Jalisco Nueva Generación ha sido señalado por algunos expertos como uno de los grupos criminales más atroz de la historia de México, incluso superando la brutalidad registrada durante el apogeo de Los Zetas. Diversos testimonios y declaraciones académicas indican que, a diferencia de Los Zetas, este grupo obtuvo un crecimiento desmedido al no haber sido enfrentado con la misma contundencia que se le aplicó a sus predecesores. Las comparaciones entre ambos se centran en el contraste de tácticas y el grado de violencia empleado en sus operaciones.
La diferencia que se observa es que, mientras a Los Zetas se les permitió expandirse gracias a estrategias menos duras en su combate, el CJNG ha adoptado métodos de exterminio y reclutamiento forzado que han marcado un nuevo nivel de crueldad. Las reminiscencias sobre cómo, en ciertos contextos, se aplicaron castigos extremos, reavivan la discusión sobre el manejo de estas organizaciones y evidencian prácticas de intimidación tanto en el pasado como en la actualidad.
Evidencias de campos de exterminio y prácticas forzadas en Teuchitlán, Jalisco
En el rancho Izaguirre, se encontró evidencias en un lugar señalado como campo de entrenamiento y exterminio del CJNG, donde se reporta que cientos de personas secuestradas eran forzadas a unirse a sus filas. Testimonios recabados de sobrevivientes indican que el ambiente en este campo, ubicado en Teuchitlán, presentaba medidas coercitivas extremas, reflejando un patrón de violencia sistematizado. Las informaciones recabadas insisten en que la brutalidad del grupo se extendía también a prácticas de intimidación en las fases iniciales de su reclutamiento.
La narrativa de uno de los sobrevivientes, quien logró escapar de ese entorno, destaca episodios en los que manifestaba haber presenciado actos de violencia en que se recurría a medidas drásticas para evitar que alguien expresara temor. Dichos relatos, recabados por colectivos observadores en la región, ponen de relieve la magnitud del control ejercido y evidencian una modus operandi que ha sido recurrente en los escenarios de actuación del grupo criminal.
Antecedentes y modos operativos: evolución del CJNG y reclutamiento forzado
El origen del CJNG se vincula con su función inicial como brazo armado del cártel del Milenio, y fue en ese contexto donde adoptó el epiteto de “mata zetas” durante las primeras confrontaciones para tomar control en regiones como Veracruz. Con el tiempo, la organización se transformó en un grupo criminal propio, distanciándose de su origen y consolidando prácticas de violencia extrema en el territorio. Los modus operandi del grupo han incluido desde engaños mediante ofertas laborales falsas hasta secuestros arbitrarios, contribuyendo a que se relacione su accionar con el incremento de desapariciones en el estado de Jalisco.
Asimismo, se han reportado casos en los que jóvenes son interceptados de manera inesperada, siendo sometidos a pruebas de iniciación que han incluido episodios de violencia extrema, como enfrentamientos forzados entre ellos mismos. Estas prácticas han sido parte de una estrategia de intimidación prolongada, que se enlaza con una serie de evidencias recopiladas en diversos municipios afectados por la presencia del grupo criminal.
Tácticas de intimidación y métodos de captación en el territorio
Entre las estrategias implementadas por el CJNG se destacan acciones de reclutamiento forzado y secuestros aleatorios, eventos que han llevado a una alarmante cantidad de personas desaparecidas en Jalisco. La utilización de este tipo de tácticas, aplicadas de forma sistemática, ha sido puntualizada en diversos informes que documentan la expansión de sus actividades en territorios donde la violencia se ha intensificado de forma sostenida.
Los métodos de captación incluyen desde el uso de la fuerza en la central de autobuses de Tlaquepaque hasta la aplicación de pruebas de iniciación brutal en campos de exterminio. La identificación de estos mecanismos ha permitido determinar un patrón operativo que contribuye a la consolidación del grupo en regiones marcadas por episodios reiterados de violencia y coerción.