Vigilancia aérea y misiones de inteligencia en la frontera
Durante un período de 10 días, entre enero y febrero, se llevaron a cabo al menos 18 misiones de vigilancia aérea, lo que evidencia un cambio notable en la frecuencia de operaciones de inteligencia en la región fronteriza.
Estas acciones se realizaron mediante aviones espía, con el objetivo de monitorear actividades vinculadas a cárteles de droga mexicanos, adoptando procedimientos que difieren del patrón usual de una sola misión mensual.
Detalles de las rutas y tecnología utilizada
La mayoría de los vuelos se ejecutaron con aviones P-8 de la Marina, que abarcaron rutas sobre California, Arizona y Texas, demostrando un amplio alcance en zonas estratégicas de la región.
El 3 de febrero se registró una misión especial de casi seis horas en la que se empleó un avión espía U-2, lo que subraya el uso diversificado de tecnología en las operaciones de vigilancia.
Estrategia y métodos críticos en la intensificación de la vigilancia fronteriza
El incremento en la frecuencia de estos vuelos representa una escalada en la actividad de inteligencia en comparación con el tradicional esquema de una misión mensual ejecutado por el Pentágono.
La utilización de recursos tecnológicos modernos y la ampliación de las rutas de vigilancia en el espacio aéreo internacional señalan un cambio en la manera de abordar la seguridad en la frontera.
Evolución operativa y aplicación de tecnología avanzada
Además de cubrir puntos fronterizos, algunas misiones incluyeron recorridos que rodearon la península de Baja California, pasando por zonas cercanas a Sinaloa, lo que indica un análisis geográfico amplio de la zona.
El uso combinado de aviones espía U-2 y P-8 permite recopilar información detallada en áreas de alta sensibilidad, reflejando una actualización en las estrategias operativas de vigilancia.