El recalentado navideño en México reúne a la familia el 25 de diciembre al mediodía o la tarde para volver a calentar y compartir las sobras de la cena de Nochebuena; es un ritual de memoria y convivencia informal.
Puntos clave
- Se celebra típicamente el , al mediodía o por la tarde, tras la cena de Nochebuena.
- Platos comunes: romeritos, bacalao, pozole, pavo, pierna, lomo y tamales; bebidas como ponche o chocolate caliente.
- Muchas recetas ganan sabor al reposar, por eso algunas familias cocinan pensando en el recalentado.
- Funciona como espacio social informal para quienes no asistieron a la cena y ayuda a evitar desperdicios al reinventar platillos.
Platos y sabores del recalentado en México
El repertorio del recalentado incluye guisos y carnes que conservan o intensifican sabores tras reposar. El bacalao a la vizcaína y los romeritos suelen concentrar sus salsas y resultar más sabrosos al día siguiente.
También se repite pozole, pavo, pierna y tamales; las bebidas calientes como el ponche o el chocolate acompañan la reunión informal. Muchas familias planifican la cena original pensando en que las sobras se transformarán en el recalentado.
Función social y dinámica familiar
El recalentado cumple una función social: permite que quienes no pudieron asistir a la cena —por trabajo, viajes u otras razones— participen de la celebración en un ambiente más relajado. Es habitual usar ropa cómoda o pijamas y compartir anécdotas.
La informalidad del encuentro facilita que se integren distintos miembros de la familia y que la comida circule sin protocolo. En muchos hogares el recalentado se prolonga varios días, dando lugar a reinvenciones de los platillos.
Ejemplos de reinvenciones
- Tortas de pavo
- Tacos de bacalao
- Romeritos con arroz
Práctica culinaria y reducción de desperdicio
El recalentado también es una estrategia doméstica para aprovechar alimentos y reducir desperdicio. Al transformar sobras en nuevos platillos se extiende la vida útil de la comida y se diversifica el menú familiar.
Además de economía, la práctica refuerza la continuidad de tradiciones: para niños constituye un recuerdo navideño esencial y para los mayores preserva costumbres de convivencia y transmisión de recetas.































































































