Impacto del ataque al programa nuclear de Irán y retraso estimado
Un informe clasificado revela que la operación militar estadounidense dirigida al programa nuclear de Irán ocasionó un aplazamiento limitado, inferior a seis meses. El documento indica que no se alcanzó la destrucción total de las instalaciones subterráneas, por lo que el ritmo de avance apenas se vio afectado.
Según esa evaluación, antes de la ofensiva, Irán disponía de capacidad para ensamblar un artefacto nuclear en aproximadamente tres meses. Tras el ataque, ese plazo se amplió solo marginalmente, lo que demuestra que el retraso en el programa nuclear se mantiene dentro de parámetros mínimos.
Estado de las instalaciones subterráneas nucleares clave
Las principales plantas subterráneas —Fordow y Natanz— continúan operativas en gran medida. Los sistemas de contención y los túneles reforzados impidieron daños severos, facilitando la protección de equipos y el traslado de parte del material nuclear.
El informe apunta a que las estructuras de protección y los esfuerzos logísticos previos permitieron evacuar componentes sensibles antes del bombardeo. De ese modo, el impacto sobre el aprovisionamiento de uranio enriquecido resultó insuficiente para paralizar el programa.
Situación de Fordow y Natanz tras la operación
Fordow sigue manteniendo líneas de centrifugación operativas, aunque con rendimiento reducido. El ataque provocó interrupciones temporales en la cadena de suministro de energía y en algunas salas de procesamiento, pero no alcanzó la totalidad de las cámaras de enriquecimiento.
En Natanz, las revisiones técnicas posteriores identificaron fallas parciales en sistemas de control y monitoreo. Sin embargo, las reservas estratégicas y el traslado anticipado de uranio permitieron que los trabajos se reanudaran en plazos breves.
Condición de Isfahán y demás depósitos de uranio
La planta de Isfahán sufrió daños localizados en equipos de soporte, sin afectar las áreas principales de producción. El análisis subraya que el núcleo de las actividades de enriquecimiento permaneció intacto en su mayoría.
Otros depósitos de uranio y almacenes conexos contaron con protección adicional bajo rocas y concreto. Gracias a esas medidas, la merma en las reservas críticas resultó marginal y no comprometió la continuidad de las operaciones.
Capacidad de resiliencia y avance temporal del programa
El documento resalta la velocidad de recuperación del programa nuclear iraní tras el bombardeo. La habilidad para reparar sistemas dañados y reactivar líneas de centrifugación sugiere un nivel de resiliencia elevado ante eventos de este tipo.
Además, los responsables técnicos implementaron rutas alternativas de suministro eléctrico y refuerzos de blindaje que refuerzan la defensa de los núcleos de producción. Esas prácticas evidencian lecciones aprendidas en ejercicios anteriores y robustecen la red de protección.
Evaluación preliminar de daños y plazos de recuperación
Fuentes oficiales de Estados Unidos advierten que el informe corresponde a una valoración inicial, sujeta a ajustes conforme se disponga de datos más detallados. Las inspecciones en sitio y el análisis de imágenes satelitales permitirán refinar el alcance de los daños.
De acuerdo con esa evaluación preliminar, los plazos de reconstrucción podrían abarcar varios meses adicionales si se considera la restauración completa de las instalaciones. No obstante, por ahora el retraso supera levemente el umbral de seis meses.
