Niveles críticos y almacenamiento en presas del norte de Sinaloa
El informe del 10 de marzo de 2025 evidencia que las presas del norte de Sinaloa se encuentran en una situación de alerta debido a niveles de almacenamiento extremadamente bajos. Esta carencia de capacidad impacta directamente en los sectores agrícola y de distribución de agua, generando preocupación en la región por la disminución crítica de reservas hídricas.
Las cifras recopiladas por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) muestran que la infraestructura de embalses presenta variaciones significativas entre los distintos reservorios. La comparación de porcentajes de almacenamiento refleja un panorama complejo, donde algunas presas mantienen condiciones muy críticas sin que se registren cambios sustanciales en el manejo del recurso.
Datos precisos y cifras de extracción en embalses de Sinaloa
La Presa Huites (Luis Donaldo Colosio) en Choix reporta tan solo un 3% de su capacidad total, sin extracción de agua. Por otro lado, la Presa Miguel Hidalgo en El Fuerte opera con un 13.1% de capacidad y presenta una extracción de 44 m³/s, lo que demuestra la alta presión sobre la infraestructura hídrica.
Adicionalmente, la Presa Josefa Ortiz de Domínguez en El Fuerte alcanza un 16.8% de capacidad con 24 m³/s de extracción, mientras que la Presa Bacurato en Sinaloa registra un 20.4% de capacidad con 32.5 m³/s extraídos. La Presa Guillermo Blake Aguilar muestra 21.1% de capacidad con 1.5 m³/s en extracción, y en áreas como Salvador Alvarado y Badiraguato se identifican niveles críticos en las Presas Eustaquio Buelna (17.2%) y Adolfo López Mateos (7.5%), respectivamente, con variaciones evidentes en el caudal extraído.
Impacto en actividades agrícolas y abastecimiento de recurso hídrico
La prolongada sequía y la alta demanda de agua para actividades agrícolas y consumo humano agravan la crisis en la región. La información destaca que, pese a la severa escasez, la extracción total de agua alcanza los 199.1 m³/s, lo que evidencia un manejo intensivo del recurso en contraste con las aportaciones mínimas disponibles.
La escasez se traduce en condiciones comprometidas para el ciclo agrícola 2024-2025, afectando a numerosos productores del sector. Con aportaciones de agua tan bajas como 0.6 m³/s, se vislumbra un desequilibrio entre la extracción y la reposición, lo que demanda una revisión crítica de las estrategias de manejo hídrico en la zona.