Elección papal y señal del humo blanco
Tras el fallecimiento del papa Francisco el 21 de abril, 133 cardenales se encerraron en la Capilla Sixtina para el cónclave encargado de la elección papal. Este proceso se realiza sin acceso al exterior, con el objetivo de preservar la confidencialidad de las votaciones hasta el momento de la fumata blanca.
El humo liberado desde la chimenea de la Capilla Sixtina funciona como indicador oficial del resultado. La aparición del humo blanco comunica al mundo que se ha alcanzado la mayoría necesaria y que un nuevo pontífice ha sido elegido.
🇻🇦 | HABEMUS PAPAM: Momento de la salida del humo blanco sobre el Vaticano, señal de que el cónclave ha elegido un nuevo Papa. pic.twitter.com/Ik63l6gYh4
— Alerta News 24 (@AlertaNews24) May 8, 2025
Procedimiento en la Basílica de San Pedro
Simultáneamente al humo blanco, las campanas de la Basílica de San Pedro repicaron para confirmar la elección papal. El repique es parte del protocolo que informa a los fieles y a los medios de comunicación del anuncio en curso.
El tañido de las campanas se registró a las 18:07 hora local, momento en el que se consolida la señal de la fumata blanca. En México, dicho suceso correspondió a las 10:08 horas, según el huso horario oficial del país.
Este procedimiento está regulado por las normas vaticanas, que establecen la sincronización entre la señal visual del humo y el sonido de las campanas sin intervención de terceros.
Instante de la fumata blanca y anuncio “Habemus Papam”
A las 18:07 horas locales, la fumata blanca se hizo visible sobre la chimenea de la Capilla Sixtina. La señal marcó el fin de las votaciones y confirmó que uno de los cardenales había obtenido los dos tercios de los votos.
Tras la aparición del humo blanco, el maestro de ceremonias pronunció la fórmula “Habemus Papam” desde el balcón, informando de manera oficial que la elección papal había concluido exitosamente.
Vestimenta papal en la sala de las lágrimas
El papa electo se dirigió inmediatamente a la sacristía, conocida como la “sala de las lágrimas”. Este espacio se emplea para el cambio de atuendo, pasando del hábito cardenalicio a los ornamentos papales.
En la sala de las lágrimas, el nuevo pontífice vistió la sotana blanca y la estola características del papado. Este rito interno marca la transición simbólica y litúrgica antes de su presentación pública.
Primera aparición y Bendición Urbi et Orbi
Minutos después del cambio de vestimenta, el papa elegido hizo su primera aparición en el balcón central de la Basílica de San Pedro. Allí saludó a los asistentes en los aledaños de la plaza vaticana.
Desde el balcón, impartió la bendición “Urbi et Orbi”, dirigida tanto a la ciudad de Roma como al mundo entero. Esta bendición formaliza el inicio de su pontificado y se repite en ocasiones solemnes.