Política cultural y musical en Sinaloa: declaración sobre corridos y narcocorridos
El gobernador Rubén Rocha Moya manifestó en una gira de trabajo en Mazatlán que en el estado no se tiene previsto prohibir la reproducción o interpretación de corridos y narcocorridos, a pesar de las críticas que señalan a estas expresiones por su apología al delito y al crimen organizado.
La declaración se enmarca en un enfoque que evita la censura directa y resalta la importancia de entender el fenómeno musical desde una perspectiva amplia, sin limitar la libertad de expresión del ámbito artístico.
Posición oficial en torno a la libertad de expresión musical
La estrategia señalada por el mandatario enfatiza la necesidad de abordar las problemáticas culturales desde políticas que reconozcan el valor del debate y la participación sin recurrir a prohibiciones contundentes.
El enfoque crítico propuesto se centra en la idea de que el problema de los narcocorridos trasciende el terreno musical, demandando una comprensión más integral del contexto social en que se desarrolla.
Estrategia educativa y social para contrarrestar la apología al crimen
El gobernador indicó que la problemática de los narcocorridos es reflejo de una situación social profunda, donde el ámbito educativo, cultural y deportivo tiene un papel clave en la transformación de actitudes.
En su planteamiento se destaca que la intervención en instituciones y espacios públicos resulta más efectiva que la imposición de normas restrictivas, con el fin de generar un rechazo genuino hacia los mensajes que exaltan el delito.
Intervención institucional y cambio de actitud social
La propuesta apunta a involucrar a diversas instituciones en la creación de conciencia sobre los efectos negativos de estos fenómenos, sin recurrir a la censura, sino fomentando actividades que promuevan valores diferentes en el ámbito social.
Se plantea un fortalecimiento de las acciones en ámbitos educativos y culturales, donde el rol de la comunidad y la participación activa son elementos esenciales para contrarrestar la influencia de narrativas que exaltan conductas delictivas.
