Claudia informó hace unos instantes que ya no se cobrará el impuesto a videojuegos con contenido fuerte, tras considerar que resulta complejo diferenciar títulos violentos de los que no lo son. La funcionaria explicó que la determinación sería impracticable.
Lo anunciado
- No se cobrará el impuesto a videojuegos con contenido fuerte.
- La decisión se basa en la dificultad para distinguir entre juegos con o sin violencia.
- Se planteó la incertidumbre sobre quién determinaría la clasificación de los títulos.
- La medida se anunció verbalmente; no se reportaron detalles técnicos ni calendario.
Detalles de la decisión de Claudia sobre el impuesto a videojuegos
La funcionaria justificó la medida por la imposibilidad práctica de establecer una línea clara entre videojuegos con violencia y los que carecen de ella. Señaló además que esa indeterminación complica cualquier intento de imponer un gravamen selectivo.
En su intervención planteó la pregunta sobre la autoridad responsable de esa clasificación y concluyó que, ante la ausencia de un criterio objetivo, la opción fue eliminar el cobro del impuesto. No ofreció mayores precisiones técnicas ni documentos asociados.
“es muy difícil distinguir entre un videojuego que tiene violencia y uno que no…entonces como le vas a poner un impuesto…¿quién va a determinar esa circunstancia? entonces pues tomamos la decisión de que no se cobre el impuesto.”
—Claudia
Argumentos sobre la clasificación de violencia en juegos y límites prácticos
Claudia destacó la falta de criterios claros para catalogar niveles de violencia en videojuegos. Expresó que esa ambigüedad haría arbitraria la aplicación de un impuesto.
El argumento subraya un problema técnico y normativo: determinar qué elementos constituyen “contenido fuerte” no es sencillo y podría depender de criterios subjetivos. Por ello, la elección fue evitar un mecanismo que pudiera generar disputas legales o administrativas.
Información pendiente y alcance del anuncio
La fuente no precisó si la decisión tendrá efecto inmediato ni qué instancias formales registrarán el cambio. Tampoco se informó si se publicará un decreto o si habrá comunicación oficial adicional.
Queda pendiente conocer si otras autoridades o departamentos técnicos emitirán una postura o si se propondrán criterios alternativos para clasificar contenido en el futuro.































































































