Funeral de Papa Francisco en Santa María la Mayor
El funeral de Papa Francisco se realizó en la basílica de Santa María la Mayor, donde miles de fieles se dieron cita. La celebración siguió el protocolo litúrgico sin cambios sustanciales, aunque el número de asistentes superó las previsiones iniciales.
La procesión con el ataúd arribó al templo sin incidentes mayores, aunque en los accesos se registraron aglomeraciones que dificultaron el ingreso. La disposición del espacio interior buscó contener la afluencia, pero algunas zonas resultaron insuficientes para la multitud.
Llegada del cortejo fúnebre
El cortejo avanzó por la nave central con un ritmo pausado, escoltado por miembros del clero y guardias vaticanos. El traslado del féretro generó repisas de fotografía entre los asistentes, aumentando la densidad en los pasillos laterales.
La carroza fúnebre llegó al presbiterio tras un recorrido breve, donde se efectuó el cambio de ritual entre cantos gregorianos y lecturas reglamentarias. Varios fieles expresaron emociones intensas al paso del ataúd.
Desarrollo en la basílica
Dentro del espacio sagrado, el oficio se extendió por más de una hora, integrando himnos tradicionales y lecturas bíblicas. El clero presente mantuvo un ritmo constante, aunque algunas partes del servicio resultaron difíciles de seguir para quienes no dominan el latín.
Los bancos laterales y la zona del transepto se llenaron rápidamente, dejando asistentes de pie en las naves secundarias. La reverencia general se mantuvo evidente, a pesar de la falta de asientos suficientes para todos.
Reacciones y testimonios de fieles tras entierro del Papa Francisco
Las expresiones de tristeza y respeto fueron constantes entre los asistentes, quienes portaban símbolos religiosos y fotografías del pontífice. El ambiente combinó el silencio con murmullos de consuelo, sin manifestaciones de protesta o disenso.
Una de las fieles, Jeronima Teixeira, comentó que el evento fue “un momento muy emocionante”, destacando su conexión personal con el pontífice. Varios participantes coincidieron en que la despedida respondió a un sentido de cercanía inmediato con su figura.
Expresiones de emoción y respeto
La mayoría de los asistentes guardó riguroso silencio al culminar la misa, rompiendo el recogimiento con aplausos esporádicos al final del rito. Las voces se elevaron solo al entonar himnos y revisar la sucesión de rezos.
El sentimiento mayoritario osciló entre la emoción contenida y el reconocimiento espiritual, sin interferencias de cánticos profanos o pancartas políticas. Todo se mantuvo dentro de un marco estrictamente religioso.
Participación de peregrinos internacionales
Llegaron peregrinos de Portugal, Argentina y otros países, identificados por distintivos regionales o banderas pequeñas. La diversidad geográfica contrastó con la uniformidad en el protocolo y las normas de acceso.
Varios visitantes describieron el viaje como una decisión improvisada ante el anuncio del funeral, lo que generó situaciones de último momento en reservas de hospedaje y transporte. Algunos debieron compartir habitaciones ante la escasez de cupos.
Sepultura en Santa María la Mayor: mármol y devoción
El entierro de Papa Francisco se concretó en una tumba sencilla, construida con mármol de Liguria en la cripta de la basílica. La elección del material remite a las raíces familiares del pontífice, sin buscar ostentación estética.
La sepultura destacó por su minimalismo, carente de inscripciones elaboradas o símbolos papales prominentes. Solo se aprecian el nombre y las fechas, sin elementos ornamentales adicionales que distraigan su propósito funerario.
Material y estilo de la tumba
El mármol liguriano presenta vetas grises sobre fondo blanco, integrándose con la piedra original de la cripta. El acabado mantiene líneas rectas y un pulido moderado, sin brillos excesivos.
El diseño guarda proporciones simples y austeras, con énfasis en la función de reposo. No se incluyeron esculturas ni relieves que añadan complejidad al conjunto arquitectónico.
Elementos de devoción mariana
La proximidad a la imagen “Salus Populi Romani” responde al deseo declarado por el pontífice de reposar junto a la figura mariana. El sector de la cripta conserva un ambiente de recogimiento centrado en esta devoción.
El acceso al sarcófago se sitúa cerca de la capilla lateral dedicada a esta advocación mariana, sin necesidad de desplazamientos largos dentro de la basílica. Esta ubicación facilita visitas de fieles que buscan acercarse al sitio.
Asistencia masiva en Plaza de San Pedro y recorrido histórico
El funeral reunió a cerca de 250 000 personas en la Plaza de San Pedro y alrededores, según estimaciones de control de aforo. La cifra supera la media de eventos de esta magnitud, sin precedentes recientes para un pontífice en actividad.
La logística incluyó barreras móviles y puntos de revisión para gestionar el flujo, aunque varios sectores mostraron cuellos de botella en horas punta. El desplazamiento de la multitud generó presión sobre el transporte público y la vialidad local.
Cifras de asistencia
Las autoridades del Vaticano difundieron el cálculo de asistentes sin detallar la metodología aplicada. La cifra global se divide entre la plaza central, las calles aledañas y las pantallas de transmisión exterior.
Varias zonas de observación quedaron saturadas antes del inicio del oficio, lo que obligó a redirigir a grupos enteros hacia puntos de menor capacidad instalada.
Recorrido por la ciudad histórica
El traslado final del féretro bordeó el Coliseo y el Foro Romano, manteniendo un recorrido simbólico por lugares emblemáticos de la ciudad. Esta ruta generó aglomeraciones adicionales en túneles peatonales y plazas secundarias.
La policía municipal implementó desvíos temporales, obligando al cierre parcial de calzadas principales. La medida redujo el tráfico motorizado, aunque provocó congestión en zonas residenciales cercanas.
