Traslado/expulsión de 26 presuntos criminales desde México a Estados Unidos — impacto en el Cártel de Sinaloa y movimiento transfronterizo
Estados Unidos recibió a 26 presuntos criminales enviados desde México en una operación que, según las fuentes oficiales, no fue una acción aislada. Casi la mitad de los trasladados (12) están identificados como miembros o vinculados al Cártel de Sinaloa, lo que subraya la orientación específica de la medida contra esa organización.
El envío de estas personas se enmarca en una serie de medidas posteriores a detenciones previas de alto perfil, y se presenta como parte de una estrategia coordinada entre autoridades de ambos países. La operación combina expulsión y traslado de detenidos con la intención declarada de afectar capacidades operativas y cadenas de apoyo del grupo.
Objetivo y estrategia: acorralamiento, desarticulación y presión sobre la red de soporte
La decisión de trasladar a los 26 presuntos delincuentes busca aplicar un esquema de “acorralamiento” diseñado para obtener información y debilitar la estructura del cártel. El objetivo operativo es atacar simultáneamente distintos eslabones del ecosistema criminal para reducir la capacidad coordinada de la organización.
La estrategia apunta a cuatro líneas concretas: presionar al círculo familiar para cortar posibles sucesiones, neutralizar operadores clave responsables de logística y seguridad, aislar a especialistas técnicos como químicos o pilotos, y confrontar a jefes de plaza y redes de distribución tanto en Estados Unidos como en México.
Esta táctica no se limita a la captura de líderes visibles, sino que pretende afectar la red de soporte y logística que mantiene la operatividad del cártel. La medida responde a una fase de intervención que busca más información y la desarticulación técnica de capacidades como la producción y el transporte de drogas.
Personas y roles trasladados: miembros, operadores, especialistas y jefes de plaza
Los 26 trasladados incluyen figuras atribuidas a distintos frentes del Cártel de Sinaloa, con roles que van desde la seguridad y sicariato hasta funciones técnicas y de coordinación transnacional. La lista abarca tanto integrantes de grupos regionales como presuntos especialistas extranjeros vinculados a la producción de fentanilo.
A continuación se detallan los principales frentes y nombres atribuidos, con la distribución por flancos y roles según la información disponible.
Flanco “Los Chapitos”: familiares, operadores y seguridad
En el grupo atribuido al flanco conocido como “Los Chapitos” figuran individuos señalados como parte del círculo cercano a los Guzmán López. Entre ellos está Hernán Domingo Ojeda López, alias “El Mero Mero”, identificado como tío de Ovidio y Joaquín Guzmán López y detenido en Badiraguato.
También se mencionan a Mauro Alberto Núñez Ojeda, alias “El Jando” o “El Piloto”, señalado como piloto personal de Iván Archivaldo Guzmán; a Kevin Gil Acosta (“El 200”) y Martín Zazueta Pérez, descritos como sicarios y encargados de seguridad y laboratorios; y a José Baldomero Fernández Beltrán, alias “El Mero”, operador de la célula “Los Pelones” en Sonora.
Flanco “La Mayiza”: vínculos, veteranos y estructura regional
En el segmento referido como “La Mayiza” aparecen individuos con vínculos familiares y rol operativo dentro de esa estructura. Destaca Juan Carlos Félix Gastelum, alias “El Chavo Félix”, identificado como yerno de Ismael “El Mayo” Zambada.
Completan el grupo nombres como David Fernando Vásquez Bejarano, alias “El Acelerado”, asociado a “Los Rusos”, y a veteranos como Leobardo García Corrales (“Leo”) y Jesús Guzmán Castro (“Chuy”), descritos como personal con larga trayectoria al servicio de la estructura de “La Mayiza”.
Especialistas y operadores transnacionales: químicos, pilotos y jefes de plaza
La relación de trasladados incluye a presuntos especialistas con funciones técnicas y operadores con presencia en Estados Unidos y México. Entre los señalados está Anton Petrov Kulkin, un químico búlgaro vinculado a laboratorios de fentanilo en Mexicali.
También se mencionan jefes de plaza y operadores destacados: Pablo Edwin Huerta Nuno (“El Flaquito”), vinculado a Tijuana; Luis Raúl Castro Valenzuela (“Chacho”), con presencia en Pensilvania; y José Antonio Vivanco Hernández (“Tronco”), implicado en tráfico hacia Chicago.
Implicaciones operativas: obtención de información y reducción de capacidad técnica
Según la explicación oficial vinculada a la operación, la medida busca obtener información que debilite la capacidad operativa y técnica del cártel. La intención declarada es acelerar una desarticulación que corte cadenas de logística y sucesión interna.
Esta acción se presenta como parte de una fase de política que pretende ir más allá de la captura de líderes visibles, al atacar la red de soporte delictiva que sostiene la estructura del Cártel de Sinaloa. El énfasis está en intervenir las capacidades técnicas y las líneas de abastecimiento que mantienen la operatividad transnacional.




















































































