Impacto del calor extremo y carencia de aire acondicionado en el transporte urbano
Los Mochis enfrenta jornadas con radiación solar intensa y temperaturas que superan regularmente los 35 °C, lo que agrava la experiencia de viaje en unidades sin climatización. La falta de un sistema de aire acondicionado operativo convierte el interior de los autobuses en un ambiente sofocante, donde las superficies metálicas alcanzan temperaturas elevadas y la ventilación natural resulta insuficiente.
En muy pocas rutas los usuarios logran abordar un autobús con climatizador activo, pero incluso en esos vehículos las fallas técnicas o el mantenimiento deficiente reducen drásticamente su eficacia. La ausencia de un control de temperatura adecuado incrementa la sensación térmica, obligando a muchas personas a optar por trayectos a pie o motocicletas para evitar el sobrecalentamiento.
Desafíos de los usuarios ante la falta de climatización en autobuses
El transporte público en Los Mochis depende mayoritariamente de unidades sin sistemas de refrigeración funcionales, lo que genera incomodidad y quejas continuas entre las personas que utilizan esta opción a diario. La ausencia de aire acondicionado potencia la sudoración y el desgaste físico, especialmente en recorridos prolongados bajo el sol.
Quienes no disponen de vehículo particular se ven obligados a tolerar estas condiciones, que pueden derivar en golpes de calor y problemas de salud por la exposición constante al calor extremo. La precariedad del servicio limita la accesibilidad y pone en evidencia la necesidad de una renovación urgente de la flota.
Multitud, olores y congestión en horas pico
Durante las horas de entrada y salida de planteles educativos, los autobuses alcanzan su máxima capacidad y el aire se vuelve aún más cargado. La alta ocupación dificulta la circulación del poco aire que ingresa por las ventanillas, mientras que el mobiliario absorbe el calor y contribuye a elevar la temperatura interior.
La acumulación de personas propicia la concentración de olores penetrantes que se vuelven inevitables en unidades con ventilación deficiente. Esta combinación de hacinamiento y falta de renovación de aire multiplica el malestar, reduce la calidad del viaje y pone de manifiesto la urgente necesidad de sistemas eficientes de climatización.