Inteligencia artificial en detección sísmica

Una investigación internacional aplicada al uso de inteligencia artificial reveló más de 80 000 terremotos ocultos en EE. UU. El estudio se centra en datos sísmicos históricos recopilados durante varias décadas. El método permitió identificar sacudidas de baja magnitud que pasaron inadvertidas en registros tradicionales.

El enfoque combinó redes neuronales y algoritmos de aprendizaje automático para procesar grandes volúmenes de registros. Este procedimiento adapta modelos de clasificación para distinguir eventos reales de ruido de fondo. La técnica acelera la detección de señales débiles en entornos volcánicos y mejora la precisión de los inventarios sísmicos.

Terremotos ocultos en Yellowstone

Los terremotos ocultos bajo la caldera de Yellowstone representan una porción significativa de la actividad sísmica no reportada previamente. Las nuevas estimaciones superan con creces los recuentos oficiales, al duplicar los números registrados hasta ahora. El hallazgo cuestiona las proyecciones anteriores sobre la estabilidad del área.

La acumulación de microsismos pone de relieve fallas y fracturas poco conocidas en el subsuelo volcánico. La detección masiva obliga a revisar mapas geológicos existentes sin introducir juicios extremos. Los datos sugieren una complejidad mayor en la estructura interna del parque.

Metodología del aprendizaje automático

La metodología del aprendizaje automático se basa en entrenar modelos con ejemplos de temblores documentados. Se seleccionaron ventanas de tiempo específicas para calibrar los parámetros de detección. Una fase de validación cruzada aseguró que los falsos positivos se mantuvieran en niveles mínimos.

Posteriormente, los algoritmos procesaron series temporales con filtros adaptativos para realzar señales de baja frecuencia. El proceso descartó artefactos procedentes de actividades humanas, como vibraciones mecánicas. El resultado es un catálogo actualizado con información inédita sobre la sismicidad regional.

Exploración del subsuelo volcánico

La exploración del subsuelo volcánico incluyó análisis de profundidad y distribución espacial de cada evento. Se emplearon gráficos de densidad para visualizar zonas de mayor concentración de microsismos. Esta visualización facilita la identificación de estructuras fracturadas.

El mapeo reveló áreas con acumulación de pequeños temblores a profundidades de hasta 10 kilómetros. La distribución sugiere recorridos de fluidos volcánicos que podrían influir en la dinámica interna. El enfoque neutral destaca variaciones de actividad sin emitir juicios sobre riesgos futuros.