Opinión ciudadana sobre vuelo comercial de la presidenta
Una encuesta nacional realizada vía telefónica a mil adultos entre el 5 y el 9 y del 19 al 23 de junio de 2025 evaluó el desplazamiento de la mandataria en un vuelo comercial durante la cumbre del G7 en Canadá. El 80 % de los entrevistados calificó la decisión como “bien” o “muy bien”, mientras que el 16 % la consideró “mal” o “muy mal”.
Estos datos reflejan la percepción pública sobre el uso de transportes no oficiales en trayectos internacionales. La medición buscó conocer la aceptación social de esta práctica sin extenderse a valoraciones sobre otros aspectos de la gestión pública.
77% de acuerdo con el trabajo realizado hasta ahora por la presidenta Claudia Sheinbaum, de acuerdo con la más reciente encuesta de @QuestionMarkmx, publicada en El Heraldo pic.twitter.com/lJ8lBihmjI
— Juan Becerra Acosta (@juanbaaq) June 10, 2025
Distribución de la valoración pública
La mayoría respaldó la elección de un vuelo comercial, vinculándola con criterios de eficiencia y ahorro de recursos. Este apoyo contrasta con una minoría que cuestiona la seguridad y la credibilidad institucional.
No se detalla la segmentación por grupos demográficos o zonas geográficas, por lo que no es posible identificar diferencias significativas en la valoración entre distintos perfiles de encuestados.
Debate sobre austeridad y transporte aéreo gubernamental
El 56 % de los participantes consideró adecuado que la presidenta utilice vuelos comerciales en sus viajes oficiales, destacando la austeridad como la principal razón. En este sector, se valora el gesto simbólico de viajar en rutas disponibles para la población.
Quienes respaldan esta opción asocian el uso de aerolíneas comerciales con un manejo responsable del presupuesto público, en contraste con los costos elevados de una aeronave oficial.
Fundamentos del respaldo a vuelos comerciales
El argumento central se basa en la transparencia en el gasto y en el ahorro de recursos que puede generar la contratación de asientos en vuelos regulares. Este criterio va de la mano con políticas de ajuste y recorte de privilegios.
Además, se considera que el desplazamiento en transporte aéreo de uso común contribuye a una percepción de acercamiento entre el gobierno y los ciudadanos, al reducir la distancia simbólica entre ambas partes.
Perspectivas sobre seguridad en viajes oficiales
Por otro lado, el 40 % opinó que los traslados presidenciales deben realizarse en aviones oficiales, alegando razones de seguridad y protección. En este grupo, se valora que las aeronaves institucionales ofrezcan protocolos especializados frente a posibles amenazas.
La seguridad aérea oficial incorpora equipos y procedimientos diseñados para cuidar la integridad del personal político, lo que para muchos es un factor determinante en la elección del medio de transporte.
Equilibrio entre austeridad y protección
La discusión pone en tensión la imagen de austeridad gubernamental frente al nivel de resguardo necesario para la jefatura del Ejecutivo. Este contraste explica la divergencia de opiniones recogidas en la encuesta.
El debate trasciende el ahorro económico y se centra también en el valor otorgado a los protocolos de seguridad que brinda una flota oficial frente a la opción de un vuelo comercial.
