Desafíos Económicos y Riesgo de Robo en la Zona Rural de Culiacán
En Culiacán, Sinaloa, la zona rural enfrenta una compleja situación económica derivada de la escasez de empleo, lo que ha generado inquietudes en el sector agrícola. La problemática, que impacta directamente en la estabilidad de los productores, se refleja en la vulnerabilidad de las parcelas destinadas a la trilla del frijol.
Gumaro López Cuadras, presidente de Productores Independientes de Sinaloa, señaló que estas condiciones podrían favorecer la intensificación del robo hormiga. La alarmante perspectiva de pérdida de producto en campos ya preparados demanda atención, dado que la falta de recursos y oportunidades en la región contribuye al deterioro de la seguridad en las áreas de cultivo.
Medidas de Vigilancia y Estrategias de Protección en el Ámbito Agrícola
El dirigente ha explicado que, siguiendo lo acontecido el año anterior, se pedirá el apoyo de las instancias municipales y del Gobierno del Estado para integrar a la Policía Municipal y a la Secretaría de Seguridad Pública Estatal en la vigilancia de las parcelas. Esta medida busca reforzar la seguridad en zonas donde la amenaza del robo hormiga ya se había manifestado anteriormente.
Asimismo, en el terreno agrario se contempla la organización de rondines continuos a lo largo del día y la noche, destinados a proteger la cosecha. Frente a un posible agravamiento de la situación, se plantea la opción de contratar veladores que puedan ofrecer una protección adicional y mantener un estricto control en los campos.
Plan de Rondas y Control en el Campo
Con el objetivo de minimizar los riesgos, se ha previsto la instauración de un sistema de rondines permanentes que permita monitorear las parcelas de cultivo en horas críticas. Esta estrategia se presenta como respuesta directa a la problemática de faltante de empleo, lo que ha propiciado escenarios de inseguridad en la zona rural.
El plan contempla el despliegue de personal durante diferentes turnos, asegurando una vigilancia que abarque tanto los periodos diurnos como nocturnos. De esta forma, se intenta mitigar el riesgo de pérdidas significativas en la producción de frijol, manteniendo un control riguroso en los campos afectados.
