Reelección presidencial indefinida y reforma constitucional
La Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó cambios a los artículos 75, 80, 133, 152 y 154 de la Carta Magna para autorizar la reelección presidencial inmediata e indefinida. Con estas modificaciones, se elimina el límite de dos períodos consecutivos y se concede la posibilidad de competir en cada elección sin restricción temporal.
Esta reforma constitucional representa un giro en el esquema político vigente desde 1983, al suprimir las barreras legales que impedían al mismo presidente postularse sucesivamente. La normativa actual queda sustituida por un modelo de reelección permanente sujeto únicamente al resultado de las urnas.
Detalles de los cambios en los artículos
El artículo 75, que antes prohibía reelegirse de forma consecutiva, ahora se interpreta de manera extensiva para permitir candidaturas continuas. El artículo 80, relativo a requisitos de elegibilidad, se ajusta para evitar incompatibilidades temporales entre mandatos.
En tanto, los artículos 133, 152 y 154 sufrieron adecuaciones puntuales para armonizar las disposiciones sobre duraciones, plazos de registro y cláusulas de aplicación. El resultado es un marco que consagra la reelección como derecho permanente del jefe del Ejecutivo.
Ampliación del mandato presidencial y supresión de segunda vuelta
Además de la reelección indefinida, la reforma constitucional amplía el período presidencial de cinco a seis años. Esta prolongación redefine la planificación administrativa y modifica la calendarización de los ciclos electorales en el país.
La eliminación de la obligación de realizar una segunda vuelta en caso de no alcanzar el 50 % más uno de los votos también forma parte de los cambios. Con ello, el candidato más votado en la primera ronda se consagra directamente como presidente.
Impacto en el sistema electoral
Suprimir la segunda vuelta implica un proceso de votación más breve y reduce la posibilidad de alianzas postelectorales. El nuevo esquema prioriza el respaldo mayoritario en un solo escrutinio, lo que puede influir en la estrategia de las fuerzas políticas.
La ampliación a seis años de mandato también altera el ritmo de rendición de cuentas y las dinámicas de supervisión legislativa, puesto que el presidente contará con un plazo más prolongado antes de enfrentar una evaluación ciudadana en las urnas.
Respaldo legislativo y divisiones políticas
La medida obtuvo 57 de los 60 votos en la Asamblea Legislativa, todos provenientes del partido en el gobierno y sus aliados. Este respaldo mayoritario contrasta con la resistencia de los grupos de oposición, que advirtieron sobre posibles riesgos para el equilibrio de poderes.
Entre los aliados se destacó la defensa de la iniciativa como un acto de fortalecimiento democrático, mientras que las bancadas opositoras la tildaron de estrategia para perpetuar al actual mandatario en el cargo.
Posturas de la oposición
Los partidos ARENA y Vamos calificaron la reforma como “burda y cínica” y aseguraron que con esta decisión “ha muerto la democracia en El Salvador”. Sus declaraciones subrayan la falta de consenso y el clima político polarizado tras la votación.
La ausencia de contrapesos legislativos sólidos ha generado preocupación sobre la concentración de poder y la viabilidad de mecanismos institucionales de control durante el próximo ciclo de gobierno.
Posibles escenarios futuros y calendario electoral
De ratificarse en una segunda instancia legislativa, la reforma habilitará al presidente actual a buscar un nuevo mandato en 2027. Este proceso tendría lugar en un contexto sin segunda vuelta y con un mandato ampliado a seis años.
En ese caso, si el jefe del Ejecutivo resulta electo nuevamente, podría mantenerse en el poder hasta 2029, ampliando su permanencia frente al Estado durante un período ininterrumpido de más de una década.




















































































