Evolución del precio de la carne de res en Culiacán Sinaloa
En los primeros meses del año, el costo por kilogramo de carne de res en Culiacán Sinaloa se ubicaba en 220 pesos. Ese valor respondía al promedio de ventas reportado por los carniceros en el mercado local.
Con el paso de las semanas, el precio mostró una tendencia al alza, situándose más recientemente en 235 pesos por kilo y hasta 250 dependiendo la carnicería. Este cambio refleja el ajuste directo en mostrador sin añadir elementos externos al registro de ventas.
Precio inicial al público
A inicios de año, los consumidores encontraban el kilo de carne de res en 220 pesos, cifra que servía como referencia para el comercio tradicional en la región.
Ese precio consideraba únicamente el costo de la carne lista para la venta, sin incluir variaciones derivadas de factores externos como suministros o tarifas de transporte.
Precio actual en mostrador
Actualmente, el precio por kilo ha alcanzado los 235 pesos en el mercado, lo que supone un incremento nominal de 15 pesos respecto al valor inicial.
Este ajuste en mostrador corresponde al movimiento directo del precio sin intervención de promociones o descuentos temporales.
Ajuste de precio en el mercado Gustavo Garmendia
En el mercado Gustavo Garmendia, los carniceros han reflejado la subida de los costos mayoristas en el precio final al consumidor. Cada establecimiento aplica sus propios márgenes para distribuir el aumento.
Según la explicación de Manuel Casteño, carnicero del lugar, cuando el precio al por mayor sube 20 pesos por kilo, él opta por trasladar esa alza y agregar un margen equivalente para cubrir gastos operativos.
De esta manera, el incremento real en mostrador alcanza los 40 pesos por kilo, puesto que combina la variación al mayoreo con el recargo necesario para compensar mermas y costos indirectos.
Factores de merma en el costo de la carne de res
La merma corresponde a las partes no vendibles de la res, como piel, grasa exterior y hueso, que se descartan durante el proceso de despiece.
Estas pérdidas generan un rendimiento inferior al peso bruto inicial, por lo que el carnicero debe ajustar el precio por kilogramo para equilibrar los costos.
Ante una subida de 20 pesos en el precio mayorista, el recargo adicional de otros 20 pesos cubre la merma y garantiza que el negocio mantenga su rentabilidad en el mostrador.