Apreciación de la cotización peso frente al dólar
La tasa de cambio peso-dólar se apreció 0.38 % (7.15 centavos) al inicio del lunes 4 de agosto, situándose en 18.81 pesos por unidad. Este movimiento representa un cambio notable en el mercado de divisas mexicano durante la primera sesión de la semana.
La apreciación de la moneda local se produce en un contexto de fluctuaciones en los mercados internacionales donde el billete verde ha mostrado signos de debilidad. El ajuste en la cotización refleja la interacción de distintos factores económicos.
Factores detrás de la apreciación de la tasa de cambio peso-dólar
Monex atribuye el avance de la tasa de cambio peso-dólar a una combinación de factores externos e internos que influyeron en la percepción de riesgo cambiario.
Entre estos impulsores destacan el debilitamiento de la divisa estadounidense, la mejora en la calificación crediticia de una empresa petrolera estatal y la publicación de un reporte de confianza del consumidor en territorio nacional.
Debilitamiento del billete verde
El dólar estadounidense experimentó presiones a la baja en los mercados extranjeros, influido por datos macroeconómicos recientes que apuntan a un menor dinamismo en la economía de Estados Unidos.
Este escenario redujo el apetito por activos denominados en dólares, favoreciendo la apreciación de monedas emergentes como el peso mexicano frente al dólar.
Mejora de la calificación crediticia de Pemex
Fitch Ratings elevó la calificación crediticia de Pemex, acción percibida como un factor de optimismo para la estabilidad financiera del sector energético en México.
El anuncio contribuyó a moldear las expectativas de los inversionistas al reflejar potenciales mejoras en la gestión de la deuda y el perfil de riesgo de la petrolera estatal.
Reporte de confianza del consumidor en México
El más reciente reporte de confianza del consumidor mostró un nivel favorable de percepción entre los hogares mexicanos sobre su situación económica y las perspectivas de gasto.
El indicador influyó en el mercado cambiario al reforzar la idea de una demanda interna sólida, lo que añade soporte al peso frente al debilitado dólar.




















































































