Mortandad de peces muertos en la Laguna del Camarón

Un grupo importante de peces muertos de distintas especies fue localizado a inicios de semana en la orilla de la Laguna del Camarón, frente al “maleconcito” de Mazatlán. Los cadáveres flotaban entre plantas acuáticas y llamaron la atención de personas que practican deporte en el área.

Hasta el momento ninguna autoridad ha proporcionado datos oficiales sobre posibles causas. La aparición de estos ejemplares varados eleva la preocupación por la salud del ecosistema lagunar y de las especies que habitan este humedal costero.

Investigación científica y estudios de contaminación acuática

Se espera que biólogos marinos y técnicos realicen muestreos y análisis de calidad del agua para identificar contaminantes o factores ambientales que hayan provocado la mortandad de peces. Estos estudios suelen incluir parámetros de oxígeno disuelto, pH y niveles de metales pesados.

El trabajo de campo podría involucrar la toma de muestras en distintos puntos de la laguna, así como la revisión de posibles descargas de aguas residuales o derrames que alteren la composición del hábitat.

Protocolo de muestreo en la zona

Las brigadas especializadas aplican protocolos estandarizados para recolectar agua y sedimentos, utilizando frascos estériles y registros de ubicación GPS. Esto permite correlacionar hallazgos con condiciones ambientales específicas.

Además, se inspeccionan plantas acuáticas en busca de signos de estrés o proliferaciones algales que reduzcan el oxígeno disponible para la fauna íctica.

Análisis de laboratorio de muestras

En laboratorio se evalúan nutrientes, sustancias tóxicas y parámetros fisicoquímicos. Herramientas como espectrometría y cromatografía ayudan a detectar contaminantes orgánicos e inorgánicos.

Los resultados permiten determinar concentraciones de compuestos tóxicos y establecer si la causa de la muerte está vinculada a contaminación o a procesos naturales de variación estacional.

Riesgos y efectos en el ecosistema costero

La mortalidad de peces puede desencadenar desequilibrios en la cadena trófica y favorecer proliferaciones de bacterias al descomponerse cuerpos en descomposición. Esto impacta la calidad del agua y la biodiversidad lagunar.

Sin información oficial, resulta difícil prever el alcance del daño. La presencia de peces muertos advierte la necesidad de vigilancia continua del humedal y de acciones para mitigar posibles daños ambientales.