Niño desaparecido en estero de Santa Ana
Un menor de 14 años originario de Cortázar, Guanajuato, cayó al estero de Santa Ana en el puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán, mientras observaba la fauna local desde el puente de Barra de Santa Ana. La zona es reconocida como hábitat natural de cocodrilos, lo que aumenta el nivel de peligrosidad de las aguas.
Testigos relatan que el adolescente fue presuntamente atacado por varios cocodrilos y arrastrado hacia la densa vegetación de los manglares, escenario donde se desarrolla la búsqueda. El suceso ocurrió durante unas vacaciones familiares, según los primeros reportes de las autoridades locales.
Operativo de rescate y búsqueda coordinada
Participación de cuerpos de emergencia
Tras el aviso al número de emergencias, se movilizaron efectivos de Protección Civil, Policía Municipal, Secretaría de Marina y Fiscalía de Michoacán. Cada entidad instaló un punto de mando para planificar recorridos y asignar zonas prioritarias en la búsqueda.
El despliegue incluyó personal especializado en rescate acuático y protocolos de seguridad ante la presencia de cocodrilos. Las labores se realizan las 24 horas, adaptando turnos para mantener vigilancia continua en el área afectada.
Colaboración de pescadores locales
Grupos de pescadores de la región ofrecen su experiencia en navegación de embarcaciones pequeñas para adentrarse en los canales angostos del manglar. Su conocimiento de la red de esteros resulta vital para cubrir sectores de difícil acceso.
Este apoyo local permite explorar zonas donde la maquinaria tradicional de rescate no puede operar, conservando un mínimo de maniobrabilidad para las lanchas en medio de raíces y vegetación espesa.
Hábitat de cocodrilos y riesgos en manglares
El estero de Santa Ana protege manglares e islotes que sirven de refugio a la fauna silvestre, entre la que destacan varias especies de cocodrilos. Estos reptiles aprovechan las corrientes y canales para desplazarse, lo que complica las labores de recolección de pistas.
La estructura del terreno, con zonas pantanosas y fango profundo, representa un riesgo adicional tanto para el personal de búsqueda como para cualquier posible sobreviviente. La visibilidad en el agua es reducida, dificultando la localización de restos o señales.
Retos logísticos en labores de búsqueda
Las condiciones climáticas y la falta de iluminación en los rincones del manglar limitan el uso de drones y equipos sonar. Las autoridades deben calibrar la intervención para no incomodar aún más el ecosistema ni poner en peligro a los rescatistas.
Familiares y responsables del operativo mantienen la esperanza de encontrar al adolescente con vida, mientras persiste la incertidumbre sobre el avance real en las zonas más remotas del estero.


















































































