Avistamiento de Meteorito en Zonas Urbanas: Registro de Fenómeno Celeste en el Centro del País
La madrugada del 16 de abril, cerca de las 3:50 a.m., se registró un avistamiento inusual en diversas zonas de la Ciudad de México, el Estado de México y áreas centrales. Habitantes de distintas localidades reportaron la presencia de un objeto celeste inusitado que cruzó el firmamento y generó inquietud.
Los informes provienen tanto de residentes como de usuarios que, mediante dispositivos móviles, captaron imágenes del fenómeno en el área cercana al volcán Popocatépetl. La alteración en el ambiente, evidenciada por luces intensas y cambios súbitos, impulsó la difusión inmediata de la información sin contar con declaraciones oficiales.
Explosión Atmosférica: Características y Datos del Impacto Celestial
El objeto celestial explotó a una altura estimada entre 30 y 40 kilómetros sobre el suelo, generando un destello luminoso notable y una onda acústica que se percibió a lo largo de varias localidades. Las vibraciones leves en viviendas y el disparo de alarmas en automóviles fueron algunos de los efectos evidenciados en el momento del suceso.
Según reportes técnicos, sensores nacionales detectaron la explosión ambiental, lo que permitió confirmar que se trató de un bólido al entrar en contacto con la atmósfera terrestre. Expertos descartaron que el fenómeno tuviera una causa de origen telúrico, señalando su vínculo directo con la interacción de un cuerpo celeste en rápida desintegración.
☄️| Confirmamos que la fuente del sonido fue un bólido: https://t.co/HQkznXFu5k
— Sismo Alerta Mexicana (@Sismoalertamex) April 16, 2025
Información Técnica y Reporte de Sensores Nacionales
Los datos recabados por dispositivos de monitoreo nacional permitieron identificar con precisión los rasgos del fenómeno. La explosión se interpretó como el impacto de un fragmento de material interestelar al desintegrarse en la atmósfera, confirmándose sus características mediante instrumentos de alta sensibilidad.
La medición de la altura de explosión, así como la intensidad de la onda acústica, se alinearon con los parámetros conocidos de un bólido. La recolección de información técnica ha sido la base para descartar otras teorías, dejando en claro que el fenómeno se origina en la interacción atmosférica del objeto celeste.
