Culiacán, Sinaloa.— Este domingo 7 de septiembre, más de 10,000 sinaloenses vestidos de blanco marcharon por la paz; la movilización terminó frente a la catedral con la Quema simbólica de piñatas con las imágenes del gobernador Rubén Rocha Moya y la presidenta Claudia Sheinbaum.
Puntos clave
- Fecha y asistencia: , más de 10,000 participantes.
- Acción simbólica: se quemaron piñatas con las imágenes de Rubén Rocha Moya y Claudia Sheinbaum.
- Demandas públicas: pancartas con cifras sobre desaparecidos, homicidios y pérdidas económicas.
- Contexto: la protesta surge tras un año de violencia y reacomodo criminal en Sinaloa.
Contexto de violencia en Culiacán
La movilización responde a incidentes que, según participantes, se intensificaron desde septiembre de 2024 tras la captura de Ismael «El Mayo» Zambada y el reacomodo entre facciones. Habitantes y organizaciones civiles reportan balaceras en calles, desapariciones forzadas y ejecuciones en la vía pública.
El descontento creció después del homicidio de Antonio Sarmiento y sus dos hijos, de 9 y 12 años, a finales de enero, que los manifestantes señalan como punto de quiebre. Desde entonces, las protestas en Culiacán han incluido consignas en estadios, marchas blancas y actos de rechazo hacia autoridades estatales y federales.
Acto simbólico frente a la Catedral de Culiacán
La caminata silenciosa derivó en un acto más confrontativo cuando colocaron y prendieron fuego a las piñatas con las imágenes del gobernador y de la titular del Ejecutivo federal. El hecho ocurrió frente a la catedral y fue acompañado de gritos y consignas contra los gobernantes.
“No hay nada que celebrar este 16 de septiembre, cuando Sinaloa vive en muerte y ruina.”
Los manifestantes lanzaron consignas como “¡queremos paz!”, “¡fuera Rocha!” y “¡con los niños no!” mientras las piñatas ardían. Imágenes del momento se difundieron rápidamente en redes sociales, acumulando miles de reacciones en Facebook, X y TikTok.
Demandas y cifras exhibidas en las mantas
Las mantas y lonas que portaron los asistentes mostraron cifras puntuales sobre el impacto de la violencia en el estado. Entre las anotaciones se leía un resumen numérico de casos que los organizadores atribuyen a la crisis de seguridad local.
- Más de 3,000 desaparecidos
- Más de 2,000 homicidios
- Más de 20,000 empleos perdidos
- Más de 6,000 vehículos robados
- 30,000 millones en pérdidas económicas
En respuesta pública, el gobernador ha reiterado que “el pueblo pone y el pueblo quita”, mientras la Presidencia ha señalado el refuerzo de operativos federales. Los manifestantes, sin embargo, calificaron esas medidas como insuficientes y pidieron acciones concretas y resultados verificables.




















































































