Características de la mancha solar AR 4079 en la superficie solar
La mancha solar AR 4079 surgió recientemente sobre la línea ecuatorial del Sol y destaca por su tamaño: abarca unos 140 000 km de diámetro, más de diez veces la anchura de la Tierra. Esta anomalía magnética, clasificada como región activa, presenta un desarrollo rápido y un aspecto oscuro y difuso en las imágenes de luz blanca.
La Tierra de frente a la mancha solar que es la mitad de la más grande registrada. pic.twitter.com/92DhOpUsVl
— EL MAL NO PREVALECERÁ (@Bracesco2023)
May 5, 2025
El campo magnético que rodea a AR 4079 corresponde al tipo beta-gamma-delta, lo que indica múltiples polos con fuertes gradientes de tensión magnética. Esta complejidad favorece la acumulación de energía en la cromosfera y la corona solar, condicionando el potencial de emisión de fenómenos de alta intensidad.
Potencial de llamaradas solares y eyecciones de masa coronal (CME)
La configuración beta-gamma-delta de AR 4079 posibilita el desencadenamiento de llamaradas solares de clase M, como las ya registradas en las últimas jornadas. Estas erupciones generan picos de radiación ultravioleta y rayos X que pueden modificarse al interactuar con la magnetosfera terrestre.
Además de las llamaradas, esta región activa ha sido responsable de varias eyecciones de masa coronal (CME) de moderada a alta velocidad. Al desplazar grandes cantidades de plasma y campos magnéticos, las CME amplifican el viento solar y elevan la probabilidad de que se produzcan perturbaciones geomagnéticas al llegar a la Tierra.
Riesgos de perturbaciones geomagnéticas en sistemas tecnológicos
Si una CME procedente de AR 4079 apunta directamente a nuestro planeta, el arribo de partículas cargadas al entorno terrestre puede desencadenar tormentas geomagnéticas de intensidad variable. Estas perturbaciones afectan la estabilidad del campo magnético terrestre y generan fluctuaciones en la ionosfera.
La alteración de la ionosfera y del campo magnético puede repercutir en múltiples sectores críticos, desde la navegación satelital hasta las redes de transmisión eléctrica. El grado de afectación dependerá de la velocidad del viento solar, la densidad del plasma y la orientación del campo magnético interplanetario.
Interrupción de redes de comunicación y satélites
Las tormentas geomagnéticas alteran la propagación de señales de radio y GPS, dando lugar a pérdidas temporales de sincronización en sistemas de navegación. La sobrecarga de corriente inducida puede causar el fallo momentáneo de transpondedores y afectar la integridad de los datos transmitidos.
En casos extremos, los satélites en órbita baja pueden experimentar degradación de paneles solares y perturbaciones en sus órbitas debido a la expansión de la termósfera. Los operadores deben ajustar la altitud y las rutas para minimizar riesgos y evitar colisiones.
Daños a infraestructuras eléctricas
Las corrientes geomagnéticamente inducidas en líneas de transmisión pueden sobrecargar transformadores y equipos de potencia. Estos fenómenos provocan fluctuaciones de voltaje y disparo de protecciones automáticas, elevando el riesgo de apagones localizados.
Las empresas de energía monitorean en tiempo real la intensidad del campo geomagnético para coordinar respuestas y evitar sobrecargas. Aun así, los picos súbitos de corriente suponen un reto para la estabilidad de las redes de alta tensión.
Espectáculo de auroras boreales y australes
Las partículas solares atrapadas en las líneas del campo magnético terrestre pueden descender hacia las regiones polares, provocando deslumbrantes auroras boreales y australes. Estos fenómenos lumínicos se intensifican durante tormentas geomagnéticas de nivel medio o alto.
Los colores y movimientos de las auroras dependen de la energía de las partículas y de los tipos de gases atmosféricos excitados. Aunque son un efecto colateral del clima espacial, su observación no implica riesgo directo para la población.