Alerta climática por posible reducción de precipitaciones en Sinaloa
El geofísico Juan Espinoza Luna advierte que las lluvias en Sinaloa podrían experimentar una reducción drástica ante la transición del fenómeno ENOS de fase neutral a La Niña. Este cambio climatológico se cataloga bajo una “Alarma Amarilla Preocupante” por la potencial alteración en los patrones de precipitación.
El pronóstico extendido resalta el riesgo de meses secos sin intervención de sistemas de baja presión o ciclones tropicales que aporten humedad significativa a la región.
Enfriamiento progresivo de la superficie del Golfo de California
Los registros recientes del Golfo de California indican un enfriamiento sostenido de la superficie marina, un factor clave en la dinámica de evaporación. Frente a Topolobampo, el agua registra 32 °C, mientras que en el sector inicial del golfo la temperatura desciende a 28 °C.
En el extremo sur de Baja California, los sondeos arrojan 27 °C, lo que implica una menor tasa de evaporación y, en consecuencia, una reducción en la formación de nubes de desarrollo convectivo.
Modelos meteorológicos: probabilidades de fase neutral y La Niña
Los modelos estadísticos del International Research Institute (IRI) de la Universidad de Columbia estiman un 56 % de probabilidad de fase neutral de ENOS para el periodo de agosto a octubre. Este escenario mantiene las condiciones actuales sin favorecer un aumento significativo de lluvias.
Por su parte, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) calcula un 50 % de probabilidad de transición hacia La Niña en el otoño-invierno 2025-2026. La aparición de esta fase podría consolidar un patrón de precipitaciones escasas.
Ambas proyecciones coinciden en la tendencia a un enfriamiento de las aguas superficiales y una menor interacción entre océano y atmósfera en la costa occidental de México.
Consecuencias para presas y agricultura de temporal
La merma de precipitación prevista tiene consecuencias directas en la recarga de embalses y presas de uso agrícola y urbano. La baja frecuencia de lluvias reduce el aporte fluvial que sostiene las reservas hídricas.
La carencia de escurrimientos alteraría los niveles de llenado de las presas, afectando la disponibilidad de agua para riego y consumo en comunidades rurales.
Impacto en la recarga de presas
Los embalses podrían registrar niveles inferiores a los históricos si persiste el déficit de precipitaciones. Esto generaría un desbalance entre la demanda de agua y la capacidad de almacenamiento actual.
La variabilidad en el registro de caudales compromete la planificación de las temporadas de riego en cultivos dependientes de agua superficial.
Efectos en cultivos de temporal
La falta de lluvia durante los meses críticos de siembra elevaría el riesgo de fracaso en cultivos de temporal, como maíz y frijol. Estas cosechas dependen de lluvias regulares durante su ciclo de crecimiento.
Los productores podrían enfrentar dificultades para mantener la humedad del suelo y garantizar la germinación y emergencia de plántulas.
Llamado al diseño de un plan hídrico y preparación de productores
Juan Espinoza Luna urgió al gobierno estatal a diseñar de inmediato un plan hídrico que contemple escenarios de precipitaciones atípicas y déficit prolongado de lluvia. Esta estrategia debería incluir mecanismos de medición y distribución eficiente del recurso.
Además, instó a productores y comunidades a evaluar medidas de ahorro y adaptación en sus prácticas agrícolas para enfrentar un posible déficit de lluvias en el corto y mediano plazo.




















































































