Estados Unidos.— El presidente Donald Trump destituyó con efecto inmediato a Lisa Cook como gobernadora de la Reserva Federal, alegando irregularidades en solicitudes hipotecarias; Cook negó las acusaciones y analistas advierten que la medida cuestiona la autonomía del banco central.
Lo que sabemos
- Trump removió a Lisa Cook de la Fed de forma inmediata, según la Casa Blanca.
- La destitución se fundamentó en presuntas irregularidades en solicitudes hipotecarias; Cook rechazó esas imputaciones.
- Analistas interpretan la acción como intento de presionar por recortes anticipados en tasas de interés.
- Los mercados ven riesgo de debilitamiento del dólar frente a divisas emergentes, como el peso mexicano.
- A corto plazo podría favorecer al peso, pero aumentaría la volatilidad y la aversión al riesgo en la región.
Reserva Federal: independencia y presiones políticas
La destitución de una gobernadora de la Fed plantea dudas sobre la separación entre el Ejecutivo y el banco central. Expertos señalan que la acción puede percibirse como un intento de influir en la política monetaria.
La medida llega en un año electoral, contexto que agrava las preocupaciones sobre la neutralidad de decisiones técnicas. Los analistas sostienen que presionar por recortes de tasas reduce la credibilidad institucional.
Reacción de los mercados y riesgo para el dólar
Los operadores financieros evaluaron la posibilidad de que la Fed adelante recortes, lo que podría debilitar al dólar frente a monedas emergentes. Esa expectativa generó movimientos iniciales a favor de divisas como el peso mexicano.
Sin embargo, el efecto positivo a corto plazo viene acompañado de mayor volatilidad. Aumentar la incertidumbre puede elevar la aversión al riesgo y provocar episodios de inestabilidad financiera en la región.
Consecuencias para la política monetaria y la región
Si la administración logra presionar al banco central para recortar tasas, los costes podrían ser reputacionales y económicos. La credibilidad de la Fed es un activo clave para manejar expectativas y anclar inflación.
Los mercados emergentes, incluido México, podrían beneficiarse inicialmente de un dólar más débil. No obstante, la mayor volatilidad complica la planificación de gobiernos y empresas, y eleva riesgos sistémicos.




















































































