Inseguridad en el transporte regional de Sinaloa
El sector transportista de Sinaloa reporta un nivel crítico de inseguridad en las zonas del centro y sur del estado. Esta situación se ha acentuado en los últimos meses y pone en riesgo la integridad de operadores y pasajeros.
Los hechos violentos que se registran de forma intermitente obligan a suspender servicios urbanos y regionales cada vez que la situación lo demanda, alterando la movilidad cotidiana y los esquemas de transporte local.
Suspensión de rutas y comunidades rurales afectadas
Varias rutas hacia comunidades como Cosalá, Tamazula y Villa Juárez (Navolato) han quedado suspendidas de manera temporal. La falta de condiciones mínimas de seguridad impide el ingreso de unidades a estas zonas.
Los pasajeros de las localidades rurales enfrentan mayores limitaciones de movilidad, al no contar con alternativas viables para trasladarse a la cabecera estatal o regiones cercanas.
Condiciones de seguridad para operadores y pasajeros
Joel Camacho, concesionario de transporte, señala que las unidades desactivadas carecen de protocolos de protección ante incidentes violentos. La ausencia de medidas de seguridad básica dificulta la operación.
La falta de infraestructura de vigilancia y la imposibilidad de contar con acompañamiento policial agravan la vulnerabilidad de las tripulaciones y quienes utilizan el servicio.
Intervención de la Dirección de Vialidad y Transporte
La autoridad local reconoce que la ruta más afectada es la que conecta Culiacán con Villa Juárez. Cada episodio de violencia detiene por completo el servicio hasta nuevo aviso.
El restablecimiento de las corridas depende de la evaluación de riesgo que realiza la Dirección de Vialidad y Transporte, la cual analiza el entorno antes de autorizar la reanudación.
Estrategias de los transportistas ante la violencia
Mientras persista la inseguridad, los concesionarios buscan alternativas para mantener operaciones, como reducir horarios o desviar unidades a tramos considerados más seguros.
La improvisación de esquemas de cobertura y la coordinación informal entre conductores son algunas de las acciones adoptadas para mitigar los efectos de la violencia en el servicio.





















































































