Denuncian «robo del año» en el Hospital General de Los Mochis: presunta malversación y cobros irregulares
Un grupo de pasantes del Hospital General de Los Mochis denunció que fueron obligados a pagar 850 pesos cada uno para una supuesta ceremonia de graduación, lo que suma alrededor de 63,750 pesos si se considera a los 75 pasantes afectados. La queja señala que el cobro se hizo bajo la dirección de la encargada del área, con presunta participación de la directora del hospital.
Los denunciantes calificaron el hecho como un “robo del año” por la disparidad entre el monto recaudado y los servicios efectivamente contratados. La acusación apunta a una operación en la que recursos aportados por los pasantes habrían sido reasignados sin respaldo documental ni comprobantes claros.
En el reclamo se expone que el procedimiento no contó con transparencia: no se presentaron facturas ni listas públicas de gastos, y los justificantes mencionados no habrían sido verificables por los propios pasantes.
Ceremonia de graduación en servicio social: logística, decoración y banquete mínimos
Según las quejas, la llamada ceremonia de graduación se realizó dentro de las instalaciones del hospital y no en un salón rentado, lo que reduce la plausibilidad de costos elevados por renta de espacio. La decoración, afirman, fue reciclada y provino en buena medida de donaciones de los mismos pasantes.
Respecto al banquete, los denunciantes describen que la oferta alimentaria fue insuficiente, mencionando solo un postre entregado como agradecimiento. Además, sostienen que la lista de invitados fue limitada a personas seleccionadas por la encargada, lo que afectó la participación general de la generación.
Los pasantes también señalan que los supuestos “gastos” que justificaron el cobro —tóner, hojas blancas, impresiones y “detalles”— no se habrían reflejado en un aumento perceptible de insumos o en mejoras visibles para el servicio social.
Acusaciones contra la encargada del Servicio Social de Enfermería: complicidad, administración y beneficios
Las denuncias indican que la encargada del Servicio Social de Enfermería habría aprovechado su posición para convertir donaciones y materiales viejos en un ingreso adicional personal. Se acusa además de operar con la presunta complicidad de la directora, lo que implicaría una falla en los controles internos del hospital.
Quienes señalan estos hechos sostienen que, mientras los pasantes cumplían con sus obligaciones del servicio social, se produjo un movimiento de recursos sin las garantías mínimas de rendición de cuentas, lo que genera cuestionamientos sobre prácticas administrativas irregulares dentro de la institución.
Gastos alegados y falta de comprobantes: toner, impresiones y “detalles”
En la explicación oficial sobre el uso de los fondos se mencionaron insumos administrativos como tóner, hojas blancas e impresiones, así como “detalles” para la ceremonia. Los denunciantes afirman que esos rubros no alcanzan para justificar la recaudación reportada ni aparecen como inversiones visibles.
La discrepancia entre lo declarado y lo observado en la práctica —decoración reciclada, banquete mínimo y ausencia de facturas— es el núcleo de la crítica sobre la gestión de esos recursos dentro del programa de servicio social.
Testimonios de pasantes: cuentas, percepción y calificativos de corrupción
Un grupo de alrededor de 75 pasantes aportó la cuenta aritmética para explicar el monto recaudado: 75 por 850 pesos da como resultado 63,750 pesos, cifra que, según los quejosos, no se tradujo en servicios plausibles. Esa suma es el argumento cuantitativo central de la denuncia.
En las declaraciones recogidas, los pasantes compararon la operación con prácticas de malversación y señalaron que, en otros contextos, hechos semejantes se calificarían como corrupción; en este caso, sostienen, se presentó como una “tradición” institucional que no fue cuestionada hasta ahora.




















































































