Washington, D.C., Estados Unidos.— Dos miembros de la Guardia Nacional de Estados Unidos, originarios de West Virginia, murieron tras resultar gravemente heridos en un tiroteo a pocas cuadras de la Casa Blanca el ; un sospechoso fue detenido.
Lo que sabemos
- El ataque se registró en la intersección de 17th y I NW, cerca de la estación Farragut West.
- Dos efectivos de la National Guard, procedentes de West Virginia, murieron tras ser heridos.
- Un sospechoso fue detenido en el lugar y resultó herido; su condición no sería fatal.
- Participaron policía metropolitana, Servicio Secreto y equipos de emergencia en el acordonamiento.
Escena del tiroteo en 17th y I NW, cerca de la Casa Blanca
El tiroteo tuvo lugar a pocas cuadras de la residencia presidencial, en el centro de Washington, en la intersección de 17th y I NW y próximo a la estación Farragut West Metro Station. Las autoridades cerraron la zona y desplegaron un perímetro mientras los servicios de emergencia atendían a los heridos.
Agentes de la policía metropolitana y el Servicio Secreto participaron en el operativo inicial para controlar la escena y asegurar la detención del sospechoso. Los informes oficiales describen que el agresor también sufrió heridas que no ponen en riesgo su vida.
Víctimas: efectivos de la Guardia Nacional de West Virginia
Las dos víctimas eran integrantes de la United States National Guard enviados a reforzar la seguridad en la capital. El gobernador de West Virginia, Patrick Morrisey, confirmó su procedencia y lamentó las muertes.
Las autoridades locales reportaron que ambos efectivos resultaron gravemente heridos durante el incidente y murieron posteriormente. No se entregaron detalles sobre identidades ni sobre el lugar exacto del fallecimiento.
“Virginia Occidental llora con las familias”, dijo el gobernador Patrick Morrisey sobre las víctimas.
Respuesta oficial y contexto del despliegue de la Guardia Nacional
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, expresó su pesar y pidió apoyo a las familias afectadas. El presidente Donald Trump, que se encontraba en Florida, condenó el ataque y prometió medidas contra el agresor.
El incidente ocurre en un momento de tensión por la presencia prolongada de la Guardia Nacional en Washington, desplegada desde agosto para reforzar la seguridad. Ese despliegue había generado controversia pública y política por su duración.




















































































