Feminicidio Mazatlán: caso de Ana Beatriz

El jueves 26 de junio, Ana Beatriz perdió la vida tras recibir múltiples puñaladas por parte de su esposo, Víctor “A.”, mientras se dirigían a una cita de depilación. El agresor, según las primeras investigaciones, intentó ocultar el homicidio de género estrellando el vehículo contra una grúa en la carretera rumbo a El Habal para simular un accidente de tránsito.

Fuentes cercanas al expediente señalan la planificación previa del ataque, que incluyó engaños sobre el destino final y el uso de violencia sorpresiva en un tramo solitario de la vía. El suceso ha sido clasificado inicialmente como un presunto feminicidio por autoridades locales.

Detalles del suceso y modus operandi

Según la reconstrucción del ataque, Víctor “A.” apuñaló a Ana Beatriz en varias ocasiones antes de intentar fabricar la escena de choque contra una grúa. El vehículo quedó parcialmente incrustado, mientras la víctima fallecía de manera inmediata por las heridas.

Elementos periciales recogieron sangre y cuchillos en el interior del automóvil, lo que descartó un accidente fortuito. La mecánica del hecho y la condición de pareja de la víctima apuntan a un homicidio calificado como feminicidio.

Movilización ciudadana y violencia de género en Sinaloa

El lunes siguiente al crimen, familiares y amigos de Ana Beatriz se concentraron frente a la Unidad Administrativa del Gobierno del Estado en Mazatlán. La protesta se centró en exigir el reconocimiento del caso como feminicidio y el acceso a una investigación exhaustiva.

La marcha avanzó por el malecón hasta el Monumento a la Familia, donde participaron colectivos que documentan violencia de género en Sinaloa. Los manifestantes portaron carteles con la frase “Justicia por Ana Beatriz” y expusieron la exigencia de máxima pena para el agresor.

Caminata junto al mar y exigencia de justicia

La ruta elegida por los participantes incluyó puntos emblemáticos de Mazatlán, con el objetivo de visibilizar la protesta ante transeúntes y turistas. Se denunció públicamente la falta de avances en casos de violencia contra mujeres en la región.

Al llegar al Monumento a la Familia, los asistentes hicieron uso de micrófonos para relatar la trayectoria de Ana Beatriz y recalcar que, según testimonios, la víctima era madre de cuatro hijos y trabajadora activa en su comunidad.

Órganos judiciales y presunta impunidad penal feminicida

Denuncias presentadas por allegados apuntan a que Víctor “A.” contaba con antecedentes de intentos de agresión contra otras mujeres. Sin embargo, habría quedado en libertad gracias a la intervención de su hermana, quien funge como jueza en la entidad.

La aparente protección familiar generó críticas hacia el sistema de impartición de justicia en Sinaloa, por presunta falta de imparcialidad y posibles conflictos de interés en la carpeta de investigación.

Abogadas y colectivos feministas han documentado casos similares en los que autoridades judiciales han favorecido al presunto agresor, lo que contribuye a una percepción de impunidad en crímenes de violencia de género.

Intervención familiar y libertad del presunto agresor

De acuerdo con testimonios recabados, la jueza a cargo habría facilitado la suspensión de órdenes de aprehensión en contra de Víctor “A.” antes de los hechos de junio, lo cual habría permitido que el agresor estuviera en libertad al momento del feminicidio.

Colectivos de defensa de los derechos humanos exigen que se reabra la investigación de las actuaciones previas y se investigue la posible comisión de delitos de omisión o encubrimiento por parte de la funcionaria judicial implicada.