Reina del Carnaval Mazatlán enfrenta polémica por chiste en TikTok
Uma Zatarain, coronada como reina de los Juegos Florales del Carnaval de Mazatlán 2023, se convirtió en objeto de controversia tras la difusión de un video en TikTok. En esa publicación, la participante protagonizó un chiste vinculado a la privación de la libertad, tema especialmente delicado en la región.
El humor empleado fue valorado como insensible por usuarios de redes sociales que calificaron la broma como una falta de respeto hacia las víctimas de desaparición forzada y sus familias. Esta situación generó una ola de críticas y reprobación que se extendió más allá de la plataforma de video.
Disculpa pública y respuesta en redes sociales
Tras los comentarios negativos y el repudio social, la reina del Carnaval decidió emitir una disculpa pública mediante una nueva publicación en sus perfiles oficiales. En ella, reconoció el error y lamentó el impacto causado por la broma sobre un asunto tan sensible.
El mensaje buscó una rectificación inmediata y tratar de mitigar la indignación de la ciudadanía. No obstante, varios usuarios señalaron la falta de profundidad en la respuesta y la percibieron como un acto más de control de daños que un verdadero reconocimiento de la gravedad del asunto.
Detalle del mensaje de disculpa
En el texto de disculpa, Uma Zatarain afirmó que su intención no fue ofender ni trivializar el dolor de las familias afectadas por la violencia en la entidad. Adicionalmente, destacó su compromiso con la sensibilidad social.
El comunicado incluyó un reconocimiento implícito de la crisis de violaciones a los derechos humanos en Sinaloa, aunque no detalló acciones concretas para apoyar a las personas damnificadas o colaborar con organizaciones de búsqueda.
Reacción por la violencia en Sinaloa y personas desaparecidas
La polémica ha reavivado el debate sobre la grave situación de inseguridad en Sinaloa, donde el alto número de personas desaparecidas y casos de privación de la libertad han generado un entorno de alarma social.
Organizaciones civiles y colectivos de víctimas han insistido en la necesidad de mayor sensibilidad y responsabilidad de figuras públicas al referirse a estos temas. La controversia promueve un análisis sobre el uso del humor en contextos de trauma colectivo y procesa la indignación como una forma de demanda social.





















































































