Designación de cárteles como organizaciones terroristas y directiva secreta del Pentágono
El Gobierno de Estados Unidos emitió una directiva secreta que instruye al Pentágono a emplear fuerza militar contra cárteles de la droga latinoamericanos catalogados como organizaciones terroristas. Esta medidamarca un cambio significativo en la política de seguridad al conferir al ejército competencia para intervenir más allá de las fronteras nacionales.
La orden presidencial establece un marco operativo confidencial que autoriza la realización de ataques en alta mar y en territorio extranjero. Al clasificar a los cárteles como grupos terroristas, se habilita una justificación legal para desplegar recursos militares y aplicar tácticas ofensivas con carácter preventivo.
Contexto de la orden ejecutiva
La directiva surge en un momento de creciente preocupación por el tráfico transnacional de estupefacientes y la violencia asociada en regiones fronterizas. Altos mandos del Pentágono evalúan opciones de intervención basadas en inteligencia recopilada por agencias de seguridad en la frontera sur de Estados Unidos.
Fuentes internas apuntan a que la presidencia busca consolidar un enfoque más agresivo frente a los cárteles, argumentando riesgos para la seguridad nacional. La orden se mantiene bajo estricta reserva, lo que limita el conocimiento público sobre su alcance exacto y sus criterios de aplicación.
Marco legal de ataques militares e intervención en territorio extranjero
La directiva secreta crea una base jurídica para que el ejército planifique y ejecute operaciones ofensivas contra objetivos relacionados con el narcotráfico. Con esta autorización, el Pentágono obtiene facultades para coordinar acciones en zonas controladas por cárteles en países vecinos.
La norma contempla la utilización de unidades especializadas, apoyo de inteligencia y recursos navales en alta mar. Además, se prevé la cooperación tácita de agencias civiles que recolectan información sobre las rutas de traficantes en la región.
Planificación y uso de drones de vigilancia
Dentro de las opciones analizadas aparecen misiones de reconocimiento con drones de vigilancia sobre territorios dominados por los cárteles. Estos aparatos permitirían monitorizar movimientos logísticos y ubicar instalaciones de producción o almacenamiento de drogas.
El despliegue de sistemas no tripulados se considera clave para reducir riesgos al personal militar. Sin embargo, expertos en defensa advierten sobre complicaciones logísticas y posibles repercusiones diplomáticas ante incidentes en espacio aéreo extranjero.




















































































