Claudia Sheinbaum ordenó esta mañana retirar varios sombreros colocados en el estrado de su conferencia matutina; el gesto fue interpretado como un mensaje político respecto al movimiento ligado al alcalde asesinado de Uruapan, Carlos Manzo.
Puntos clave
- La presidenta detectó objetos en el escenario y ordenó que se los retiraran de inmediato.
- Los sombreros tipo cowboy fueron colocados junto al atril, según el equipo de logística.
- El gesto se produjo antes de la presentación sobre los preparativos para el Mundial 2026.
- El símbolo remite al movimiento fundado por Carlos Manzo, asesinado el en Uruapan.
Retiro en el estrado y el gesto de Sheinbaum
Minutos antes de iniciar su conferencia matutina, la presidenta se detuvo al notar los sombreros junto al atril. El personal explicó que eran «obsequios» o parte de la ambientación para invitados de Nuevo León, y recibió una orden clara.
En cuestión de segundos, los objetos desaparecieron de la toma y la transmisión continuó sin mayor demora. El acto fue breve, pero acumuló lectura política inmediata entre analistas y simpatizantes del denominado «movimiento del sombrero».
Momento en que quitan los sombreros para la foto en la mañanera. Y dejaron uno (!) que luego desapareció.
No puede ser tanta torpeza. Ahí hay maldad. pic.twitter.com/A1zc5LwUCm
— Pati (@patinegrete) November 27, 2025
«¿y esos sombreros?» —Claudia Sheinbaum, durante la transmisión oficial.
Símbolo ligado a Carlos Manzo y reacciones en Michoacán
El sombrero se volvió un emblema del movimiento que lideró Carlos Manzo en Michoacán. Tras su homicidio, la prenda apareció en manifestaciones y concentraciones que exigían justicia y seguridad.
Para miembros del movimiento, el retiro no fue una corrección estética sino un rechazo tácito al reclamo público que Manzo representaba. Voces remanentes del grupo calificaron la acción como un intento de minimizar su presencia simbólica.
Contexto político y percepción pública
El incidente ocurre en un momento de tensión sobre la investigación del asesinato en Uruapan. La figura de Manzo mantuvo críticas directas hacia el gobierno federal y su muerte elevó la carga política del símbolo.
Funcionarios de presidencia describieron el hecho como un ajuste de escenografía; críticos y seguidores lo leyeron como una línea divisoria entre la narrativa oficial y las demandas ciudadanas por seguridad en Michoacán.




















































































