Detalles del tiroteo y ubicación del ataque armado
La agresión a balazos se registró a la mañana del martes 8 de julio en la colonia Antonio Rosales, una zona habitacional al oriente de Culiacán. Testigos señalan que los disparos comenzaron cerca de las 07:00 horas.
La fachada de la vivienda, ubicada sobre la calle México entre Veracruz y Durango, presentó múltiples orificios por proyectiles. Hasta el momento no se reportan personas lesionadas dentro del inmueble.
Hora y lugar de la agresión
Los primeros reportes indican que los ataques ocurrieron en pleno horario de traslado hacia la ciudad. El punto exacto coincide con una cuadra de tráfico moderado, lo que implicó que los vecinos escucharan claramente los estallidos.
La calle México, delimitada por las avenidas Veracruz y Durango, se convirtió en escenario del asalto a mano armada sin que se tenga registro de la presencia de testigos directos cerca del sitio en el momento del incidente.
Resultado en personas y entorno
A pesar de la intensidad de los disparos, no se confirmaron heridos entre los habitantes de la vivienda ni en los transeúntes que pasaban por la zona. Tampoco se reportaron impactos en zonas aledañas fuera del inmueble afectado.
El vecindario, compuesto por casas habitación y comercios pequeños, permaneció en alerta hasta la llegada de las autoridades. No se documentaron daños a terceros distintos de los materiales.
Condición de la primaria abandonada y uso como oficina de contadores
El lugar objetivo había sido una escuela primaria en desuso durante varios años, preservando su estructura original. Con el tiempo, el inmueble pasó a operar como espacio de trabajo para profesionales dedicados a la contabilidad.
Las ventanillas y aulas destartaladas conservan vestigios de la función educativa, aunque en la actualidad sirven como oficinas improvisadas. El estado de la edificación facilita la entrada y salida sin necesidad de portones principales.
Daños materiales y hallazgos de periciales en Culiacán
La balacera dejó decenas de casquillos de arma de grueso calibre esparcidos alrededor del edificio y en la calle frontal. Además de los orificios en paredes, un vehículo estacionado resultó afectado por los proyectiles.
El registro preliminar del sitio revela que las municiones utilizadas corresponden a calibres mayores, lo que sugiere la presencia de armas de alto poder en el lugar.
Registro de casquillos y calibre empleado
Personal especializado contabilizó más de 50 casquillos de diversos tamaños, predominando las vainillas de 7.62 mm. Algunos restos metálicos aún muestran marcas de percutor y estriado típico de armas largas.
Las pistas balísticas se recolectaron en bolsas y se trasladaron a laboratorios forenses para su análisis, con el fin de comparar posibles coincidencias con otras escenas de crimen.
Acciones de la Fiscalía del Estado de Sinaloa
Equipos de periciales llegaron al sitio para asegurar indicios y documentar cada residuo balístico. Las diligencias incluyen fotografía, levantamiento de huellas y escaneo del área para reconstruir el suceso.
La Fiscalía del Estado de Sinaloa se encargará de procesar la evidencia y determinar la mecánica del ataque, a fin de establecer responsabilidades y posibles líneas de investigación.













































































