El gobierno canadiense ha anunciado medidas para limitar temporalmente el número de visas para estudiantes extranjeros, en respuesta al significativo aumento registrado en la última década. El ministro de Inmigración, Marc Miller, declaró el 22 de enero que se implementará un límite de dos años, con alrededor de 364 mil visas aprobadas para el presente año.
La decisión se toma con el objetivo de abordar la creciente crisis de vivienda en el país, que se ha visto agravada por la llegada masiva de estudiantes internacionales. Se señala que algunas provincias, especialmente Ontario, Nueva Escocia y Columbia Británica, se verán más afectadas por este cambio.
Se han establecido excepciones para aquellos estudiantes que participen en programas de maestría o posdoctorado, destacando la importancia de estos niveles educativos. Además, se han anunciado restricciones a los permisos de trabajo de posgrado, considerados cruciales para la obtención de la residencia permanente.
El anuncio sigue a meses de presión sobre el gobierno para abordar las preocupaciones sobre las universidades que presuntamente se benefician excesivamente de los estudiantes extranjeros, cobrándoles en promedio cinco veces más que a los estudiantes nacionales.
En un esfuerzo por mejorar la calidad de la educación ofrecida, el Ministro Miller ha prometido un nuevo marco que dará prioridad a visas para instituciones postsecundarias que ofrezcan educación de mayor calidad y apoyo adecuado, incluida la vivienda. También se han duplicado los requisitos financieros para los nuevos solicitantes de permisos de estudio.
Aunque la educación internacional contribuye significativamente a la economía canadiense, aportando más de 22 mil millones de dólares canadienses anualmente y sustentando más de 200 mil puestos de trabajo, se reconoce que la afluencia masiva de estudiantes extranjeros ha exacerbado la escasez de vivienda en algunas áreas del país.
La medida, que busca equilibrar los beneficios económicos de la educación internacional con las preocupaciones locales, se espera que entre en vigencia este año y se implementará como un paso hacia la gestión más sostenible del flujo de estudiantes extranjeros en Canadá.
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