Detección inicial del objeto metálico sospechoso en Navolato
La mañana del jueves 15 de mayo, vecinos de la comunidad Alfredo Valdez Montoya en Navolato, Sinaloa, reportaron un objeto metálico frente a la escuela primaria. El aviso se generó poco después de las 8:00 horas y llegó al número de emergencias local, lo que activó la respuesta de seguridad en la zona escolar.
Personal de primeros auxilios y elementos de seguridad pública acudieron al sitio para confirmar la presencia del material. Tras la inspección visual inicial, se procedió a informar a las fuerzas federales y estatales, con el fin de garantizar la integridad de los estudiantes y el personal docente.
Operativo conjunto de Sedena y Guardia Nacional para cordonización
Elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Guardia Nacional instalaron un perímetro de seguridad a varios metros de la primaria. La zona permaneció acordonada mientras se restringía el acceso vehicular y peatonal en un radio de seguridad establecido.
En paralelo, la Secretaría de Marina, la Fiscalía General de la República y la Fiscalía General del Estado colaboraron en el control del área. La Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana apoyaron con patrullajes y vigilancia perimetral.
Proceso de evaluación técnica y confirmación del artefacto explosivo casero
Tras la cordonización, se designó a la Célula Contra Artefactos Explosivos del Ejército Mexicano para la inspección detallada. Se utilizó equipo de detección de metales y análisis no intrusivo para determinar la naturaleza del objeto, sin que se registrara ninguna alerta de falso positivo.
La verificación incluyó mediciones de densidad y resonancia que permitieron identificar componentes incendiarios y detonadores rudimentarios. Una vez completada la evaluación preliminar, se confirmó que el artefacto correspondía a un explosivo casero sin sistema de activación remota.
Metodología de la Célula Contra Artefactos Explosivos
El equipo especializado desplegó tecnología de imagenología portátil para descartar riesgos de fragmentación interna. Cada fase del estudio siguió lineamientos de máxima precaución, con distancias reglamentarias y uso de blindaje móvil.
Los especialistas evaluaron también posibles elementos complementarios, como cebadores alternados o circuitos improvisados. La información recabada sirvió para diseñar el plan de neutralización sin exponer a operadores a detonaciones inesperadas.
Procedimientos de desactivación segura con equipo especializado
Una vez confirmada su condición, el artefacto explosivo casero fue desactivado mediante una pequeña carga de contracarga dirigida. Se utilizó un robot de desarme a control remoto que rompió el compartimento principal, neutralizando los componentes activos.
El protocolo incluyó la inmovilización del dispositivo en una caja blindada y su posterior traslado a un espacio controlado. No se registraron heridos ni daños en infraestructura, lo que confirmó la efectividad de la desactivación segura.