Aranceles recíprocos y gravámenes sobre automóviles importados
Desde el 2 de abril, la administración estadounidense impuso aranceles recíprocos del 25 % a la mayoría de los autos importados, incluyendo modelos completos procedentes de Corea del Sur, Canadá y México. Estas tasas arancelarias buscan equilibrar los intercambios comerciales y gravar con la misma proporción los vehículos que ingresan al país.
Además de la tasa general, se han establecido gravámenes adicionales sobre piezas y componentes que entran a plantas de ensamblaje en Estados Unidos. Este esquema de impuestos dobles afecta tanto al precio final de los automóviles como a los costos internos en las fábricas.
Importación de vehículos desde Corea del Sur, Canadá y México
General Motors, con sede en Detroit, mantiene una red de importación consolidada que abarca tres mercados clave: Corea del Sur, Canadá y México. Cada región aporta componentes y unidades armadas que luego se distribuyen a través de la red de concesionarios en Estados Unidos.
El flujo constante de automóviles y recambios desde esos países ha sido fundamental para el abastecimiento de modelos de bajo y alto costo. La variación en los tipos de cambio y el nuevo esquema de tasas modifica la competitividad de estas entregas.
Impacto en ganancias de GM y proyecciones financieras
Como consecuencia directa de los aranceles recíprocos y los gravámenes sobre piezas, General Motors prevé un golpe de aproximadamente 5 000 millones de dólares en sus resultados anuales. Esa estimación refleja el aumento de los costos de importación y la presión sobre los márgenes de explotación.
La cifra anunciada se integra a las cuentas del ejercicio fiscal en curso, sin considerar aún ajustes adicionales por posibles modificaciones en la política comercial o ajustes en la red de producción.
Gravámenes adicionales en plantas de ensamblaje estadounidenses
Las piezas importadas para las líneas de ensamblaje en territorio estadounidense sufren un incremento arancelario suplementario. Eso eleva el coste de insumos clave, como carrocerías, motores y componentes electrónicos.
Este cobro extra repercute en la estructura de costos de cada vehículo montado en las plantas de GM, obligando a la empresa a revisar contratos con proveedores y a contemplar cambios en el plan de producción.
