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Medidas arancelarias y represalia comercial en Canadá
El 8 de abril de 2025 se anunció en Ottawa la aplicación de un arancel del 25% a la importación de ciertos vehículos estadounidenses. La medida se impone como respuesta a los gravámenes previos aplicados por Estados Unidos, en un contexto de tensiones por el comercio internacional.
El arancel afecta a aquellos automóviles y camionetas que no alcanzan el 75% de piezas de origen norteamericano, cumpliendo con lo establecido en el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (T-MEC), lo que determina de manera estricta los criterios de procedencia de los componentes.
Detalles del Tratado de Libre Comercio T-MEC y regulaciones en el mercado automotriz
La aplicación del nuevo gravamen se centra en los vehículos que no cumplen con las exigencias del T-MEC. Esta regulación tiene como objetivo limitar y controlar las importaciones de automóviles fabricados en Estados Unidos, impactando directamente en la industria automotriz.
Cerca del 10% de los autos enviados anualmente desde Estados Unidos a Canadá, lo que equivale a aproximadamente 67 mil unidades, se verán afectados. La medida se inscribe en el marco de un control más riguroso del comercio bilateral y el cumplimiento de las normativas pactadas.
Anuncio oficial y comunicación de las autoridades canadienses
El anuncio de la medida fue realizado por el Primer Ministro canadiense, Mark Carney, quien indicó que la respuesta se deba a aranceles previamente impuestos por Estados Unidos, determinando la reactividad ante medidas que se consideran injustificadas. La declaración se emitió pocas horas después del arancel estadounidense.
Posteriormente, el ministro de Finanzas, François-Philippe Champagne, confirmó la aplicación de la tarifa en un comunicado oficial, indicando que entraría en vigor un minuto después de la medianoche del miércoles. Este hecho se enmarca dentro de una serie de acciones adoptadas en respuesta a la dinámica arancelaria entre ambos países.
Efectos en el comercio bilateral y la industria automotriz
La medida ha provocado un análisis profundo en el ámbito del comercio entre Estados Unidos y Canadá. Las restricciones arancelarias impactan directamente en la cantidad de vehículos que circulan en el mercado, evidenciando la importancia de estos controles para la dinámica económica del sector.
El sector automotriz canadiense se encuentra sometido a una revisión sobre las condiciones de entrada de autos importados, lo que ha generado un debate en torno a los criterios de cumplimiento establecidos en el T-MEC y la eficacia de las políticas de aranceles impuestos como respuesta.
