Guadalajara, Jalisco, México.— Este domingo, tras presentar su libro en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el exministro de la SCJN Alberto Pérez Dayán fue increpado por una asistente que le cuestionó la reforma judicial y el supuesto cambio de voto.
Puntos clave
- La protesta ocurrió al término de la presentación del libro «Suprema Corte: historia y testimonio» en la FIL.
- La socióloga Adriana Pineda acusó a Pérez Dayán de cambiar su voto y apuntó a los llamados «acordeones».
- Pérez Dayán negó haber cambiado su voto y aclaró que no aprobó los «acordeones».
- La discusión revive críticas sobre despidos de jueces y falta de liquidaciones tras la reforma judicial.
Confrontación en la FIL Guadalajara
El reclamo se produjo al final del acto en el que Pérez Dayán presentó su obra, en un ambiente para lectores y académicos. La asistente intervino desde el público y planteó preguntas dirigidas y de tono enérgico.
Una de las preguntas cuestionó si valió la pena abrir la reforma del poder judicial, aludiendo a controles debilitados y a mecanismos de influencia en la elección de magistrados.
“ministro, ¿valió la pena abrir la reforma del poder judicial… sabiendo que ahora tenemos acordeones, que debilitamos los controles constitucionales (…) ¿valió la pena cambiar su voto?”
La frase fue atribuida a Adriana Pineda, socióloga presente en la presentación. Según la fuente, con «acordeones» se refería a materiales de apoyo electoral usados en la elección judicial.
Pérez Dayán ofreció una respuesta breve antes de retirarse: negó haber cambiado su voto y aseguró que no aprobó los «acordeones». Minutos después abandonó el recinto acompañado por los presentadores del libro.
Debate sobre la reforma judicial y las acusaciones laborales
La discusión pública en la FIL refleja la polarización que rodea la reforma judicial aprobada recientemente. Críticos afirman que la reforma debilita controles constitucionales y otorga discrecionalidad política en la selección de jueces.
En contraste, defensores describen la reforma como una reestructuración necesaria. La protesta en Guadalajara incorporó además reclamos laborales: la asistente afirmó que varios jueces perdieron su empleo y no han recibido liquidaciones.
Ese señalamiento sobre despidos y pagos pendientes aparece en la crítica pública como prueba de un supuesto atropello a derechos laborales. La presencia de ese argumento en un evento cultural muestra que la desconfianza ciudadana persiste en ámbitos fuera de las cortes.




















































































