La noche del 21 de julio se convirtió en una experiencia trágica para varias familias que se encontraban en un McDonald’s de la alcaldía Benito Juárez, en la Ciudad de México. Aproximadamente a las 20:00 horas, un estruendo repentino interrumpió la cena de los comensales, seguido de gritos y confusión. El colapso del área de juegos fue el origen del caos, donde al menos 15 niños estaban disfrutando de su tiempo de esparcimiento.
Lesiones y Atención Médica
De los niños que se encontraban en el área de juegos al momento del incidente, siete resultaron lesionados. Dos de ellos se encuentran en estado grave, presentando traumatismo craneoencefálico y lumbalgia postraumática. La situación fue tan alarmante que los padres de los menores se vieron obligados a actuar rápidamente. A pesar de que la empresa había solicitado servicios de emergencia, estos no llegaron a tiempo, lo que llevó a los familiares a buscar atención médica en hospitales privados. El gerente del restaurante, reconociendo la gravedad del asunto, se comprometió a cubrir los gastos médicos.
Momentos de Terror
Los familiares de los niños compartieron relatos escalofriantes sobre lo ocurrido. La confusión y el miedo llenaron el ambiente mientras todos intentaban entender qué había sucedido. Muchos expresaron su preocupación por la tardanza en la activación del seguro del restaurante, lo que los llevó a depender de su propia iniciativa para asegurar la atención médica necesaria para los pequeños heridos. Este incidente ha dejado una huella de angustia en los presentes, quienes jamás imaginaron que una salida familiar a un lugar como McDonald’s terminaría en una tragedia.
Investigación en Curso
Las autoridades locales han iniciado una investigación para determinar las causas del colapso del área de juegos. Hasta el momento, se han recogido testimonios que sugieren que la falta de mantenimiento o una posible sobrecarga en la estructura podrían ser factores que contribuyeron al accidente. La comunidad está a la espera de respuestas y acciones concretas que garanticen la seguridad de los espacios de recreación, especialmente aquellos destinados a los más pequeños.
Este trágico suceso no solo afectó a las familias involucradas, sino que también plantea serias preguntas sobre la seguridad en los restaurantes y la responsabilidad que deben asumir las empresas para proteger a sus clientes, especialmente a los niños.